Entre Estrellas y Promesas- KIVI

Capitulo 16

Las siguientes semanas en el set fueron un torbellino de emociones y cambios. A pesar de que Violeta seguía lidiando con el dolor de su ruptura con Juls, y la confusión sobre sus sentimientos hacia Chiara, el tiempo que pasaba con la joven  se volvía cada vez más constante. Había algo en su compañía que la hacía sentir ligera, que la desconectaba de todo lo que la agobiaba.

Cada mañana, Violeta y Chiara coincidían al llegar al set. Sin que nadie lo pidiera, se había vuelto una especie de tradición que Chiara le trajera un café a Violeta y viceversa. Lo curioso es que no lo hacían por compromiso, sino porque ambas disfrutaban esos momentos en los que compartían risas, pequeñas complicidades y charlas que parecían más personales con cada día que pasaba.

Una de esas mañanas, en la zona de descanso del set, Chiara llegó con dos cafés en la mano y una sonrisa juguetona en el rostro.
—Tu dosis diaria de cafeína, Vivi —dijo, extendiéndole un vaso.

Violeta la miró, sonriendo ligeramente al escuchar el apodo que había surgido de manera casual. Lo de "Vivi" se había vuelto algo íntimo entre ellas, igual que el "Kiki" que Violeta utilizaba para referirse a Chiara.

—Gracias, Kiki —respondió Violeta, aceptando el café—. No sé qué haría sin ti.

—Probablemente dormirías mejor por las noches sin tanto café —bromeó Chiara, riéndose mientras se sentaba a su lado—. Aunque no te veo siendo de las que se acuestan temprano, ¿o me equivoco?

Violeta le lanzó una mirada cómplice, riendo suavemente.

—No te equivocas. De hecho, creo que tú tampoco duermes mucho, ¿eh? Te veo conectada a redes hasta tarde.

Chiara se encogió de hombros, tratando de ocultar un sonrojo leve.

—Bueno, hay cosas que me distraen últimamente... —dijo, desviando la mirada hacia el café, sin atreverse a confesar lo obvio.

Entre risas y conversaciones, hubo pequeños roces, como cuando las manos se tocaban al entregar el café, o cuando una sonrisa duraba más de lo esperado. La atmósfera entre ellas estaba cargada de algo más que amistad. Había tensión, había sentimientos que florecían a pesar de los intentos de Violeta de mantener una distancia emocional.

Un día, durante una pausa en el rodaje, ambas decidieron tomar un respiro en un rincón más apartado del set. Era uno de esos momentos tranquilos, donde el bullicio del equipo parecía lejano, y solo quedaban ellas dos, compartiendo confidencias, risas y el confort de la mutua compañía.

—A veces pienso que no soy muy buena en esto de las relaciones —dijo Violeta, suspirando y mirando al horizonte—. Todo se complica demasiado rápido.

Chiara la miró con una mezcla de admiración y comprensión.

—No eres la única, créeme —respondió suavemente—. Las relaciones son un caos, pero cuando encuentras a alguien con quien realmente conectas... vale la pena, ¿no?

Violeta se quedó en silencio por un momento, procesando las palabras de Chiara. Luego giró la cabeza para mirarla, sus ojos reflejando una mezcla de confusión y atracción.

—¿Y tú? —preguntó Violeta, su tono era suave pero serio—. ¿Has encontrado a esa persona?

Chiara se quedó en blanco, tragando saliva. Su corazón latía más rápido, sabiendo exactamente lo que esa pregunta implicaba. Pero antes de que pudiera responder, el ambiente entre ellas cambió. El silencio se volvió más intenso, las miradas más profundas. En algún momento, ambas notaron que sus cuerpos se habían acercado, y sus rostros estaban apenas a unos centímetros.

Se miraron a los ojos por un segundo, luego sus miradas descendieron a los labios de la otra. Fue un gesto instintivo, casi involuntario, pero la cercanía hacía imposible no notarlo. El mundo a su alrededor pareció detenerse, y por un breve instante, Chiara pensó que ese era el momento.

Sus respiraciones se mezclaban, y sus labios estaban a punto de tocarse... pero Violeta, como de costumbre, reaccionó antes de que fuera demasiado tarde.

—Eh... creo que... que deberíamos volver al set —dijo abruptamente, apartándose con torpeza, rompiendo el momento. Su voz era tensa, como si estuviera luchando contra algo interno.

Chiara soltó un suspiro, sin poder ocultar la decepción en su rostro.

—Sí... claro. Tienes razón —dijo con una sonrisa forzada, aunque en su interior sentía que algo se estaba desmoronando.

A medida que los días avanzaban, esos momentos entre ellas se hacían más frecuentes. Un roce, una mirada prolongada, y siempre ese casi beso que nunca terminaba de concretarse. Violeta seguía luchando con la idea de que Chiara era demasiado joven, pero no podía negar la conexión que sentía. Y mientras tanto, la prensa comenzó a hacer lo que mejor sabe hacer: escarbar.

No pasó mucho tiempo antes de que los tabloides comenzaran a publicar historias sobre la infidelidad de Juls con la cantante Salma. Lo que nadie esperaba era que también se filtraran rumores sobre una posible relación entre Violeta y la joven asistente de dirección de 18 años. Las redes sociales estaban encendidas, y los medios especulaban sin piedad.

En una conversación en el set, Violeta, Denna y Alex discutían los rumores.

—¿Has visto lo que están diciendo de ti en los medios? —preguntó Denna, preocupada—. No solo lo de Juls y Salma... ahora dicen que tienes algo con Chiara.

Violeta soltó un suspiro frustrado.

—Ya lo vi, Denna. Es ridículo —respondió Violeta—. No sé cómo llegaron a esa conclusión.

—No es tan ridículo si pasas todo el tiempo con ella, Vivi —intervino Alex con una sonrisa traviesa—. Ya sabes cómo es la prensa, no se pierden ni un detalle.

—Es solo una amiga —dijo Violeta con firmeza, aunque su voz no era tan convincente como hubiera querido—. Chiara es joven... demasiado joven.

Denna arqueó una ceja, escéptica.

—Calma, dinosaurio —bromeó Denna—. Solo hay unos años de diferencia. No es como si estuvieras saliendo con una adolescente.

Violeta se quedó callada por un momento, mordiéndose el labio. Sabía que Denna tenía razón, pero los sentimientos encontrados la abrumaban.