Capitulo 17

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Al terminar el día en el set, la tensión entre Violeta y Chiara seguía latente, pero ninguna de las dos se atrevía a hablar de lo que realmente estaba pasando. Mientras tanto, Ruslana había estado observando todo de cerca, preocupada por su amiga, que parecía cada vez más confundida y perdida en esa maraña de sentimientos.

Chiara se encontraba en una esquina del set, revisando unas notas en su libreta, cuando Ruslana se le acercó. Su expresión, normalmente juguetona, estaba más seria de lo habitual.

—Ey, Kiki —dijo Ruslana, mientras se sentaba a su lado—. ¿Todo bien?

Chiara levantó la vista, distraída, pero sonrió levemente al ver a su amiga.

—Sí... bueno, no sé. Es complicado —respondió, soltando un suspiro mientras dejaba la libreta a un lado.

Ruslana la observó por un momento, sus ojos escrutando cada pequeña señal en el rostro de Chiara.

—Esto tiene que ver con Violeta, ¿no? —preguntó, aunque en realidad ya conocía la respuesta. Siempre había sido buena para detectar cuando algo no andaba bien con Chiara.

Chiara se mordió el labio, insegura de cómo responder. A pesar de su cercanía con Rus, no solía hablar de estos temas con nadie. Pero en este caso, ya no podía guardárselo más.

—No sé qué hacer, Rus —dijo finalmente, la frustración evidente en su voz—. Me gusta... mucho. Pero es imposible, tiene novia... o bueno, tenía. Y además soy demasiado joven para ella, o eso parece pensar.

Ruslana frunció el ceño, sintiendo una mezcla de empatía y preocupación por su amiga.

—Primero que nada, no eres "demasiado joven" —dijo Rus con firmeza—. Es solo una excusa que se está poniendo para no enfrentar lo que realmente siente. Mira, no soy fan de Vio, pero se nota a kilómetros que le gustas. No es solo amistad, Kiki. Hay algo más.

Chiara dejó caer la cabeza entre sus manos, frustrada.

—¿Y de qué me sirve eso? —murmuró—. Si al final nunca va a pasar nada. Ella misma lo detiene cada vez que estamos cerca... y ahora, con lo de Juls, parece que todo es más complicado.

Ruslana hizo una mueca, consciente de lo difícil que estaba siendo todo para su amiga. Le dolía verla así, pero también sabía que no podía quedarse callada.

—Escucha, Kiki. Sé que te duele, pero tienes que pensar en ti también. No puedes esperar que Violeta decida si quiere estar contigo o no mientras sigues sufriendo por su indecisión. Si de verdad siente algo por ti, tiene que enfrentarlo. No es justo que tú te quedes en el limbo.

Chiara asintió, aunque sus pensamientos estaban aún más enredados de lo que Rus podía imaginar.

—Es solo que... siento que no puedo alejarme de ella. Cada vez que estoy cerca de Violeta, todo se siente tan bien. Pero también sé que no está bien, que es... complicado.

Ruslana suspiró, inclinándose hacia Chiara y dándole un suave golpe en el hombro.

—Kiki, eres increíble, ¿sabes? Mereces a alguien que esté segura de lo que quiere. Si Violeta no lo está, entonces que se aclare primero. Y si en ese proceso se da cuenta de que no puede estar sin ti, pues genial. Pero no te quedes esperando, ¿vale? Si algo he aprendido es que la vida no espera por nadie.

Chiara sonrió débilmente ante las palabras de su amiga, sintiéndose un poco mejor por haber hablado de lo que llevaba tanto tiempo guardado.

—Gracias, Rus. Necesitaba escucharlo.

—Para eso estoy —respondió Ruslana, retomando su tono relajado—. Ahora vamos, creo que necesitamos salir de aquí y distraernos un rato. Te invito a un café, pero nada de hablar de Violeta por un rato, ¿sí?

Chiara rió suavemente, agradecida por la compañía de Rus, aunque su corazón seguía dividido entre la lógica y los sentimientos que no podía evitar por Violeta.

Mientras tanto, en otro rincón del set, Violeta observaba de lejos a Chiara y Ruslana hablando. No podía evitar sentir una punzada de celos al ver la cercanía entre ellas, aunque sabía que Ruslana era solo una buena amiga. Pero el conflicto en su interior seguía creciendo.

Entre Estrellas y Promesas- KIVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora