Epílogo parte 2

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Bajo el manto estrellado, en la tranquilidad de la noche, Chiara y Violeta están recostadas sobre una manta en el jardín de la casa de campo. La suave brisa y los sonidos lejanos del campo les recuerdan aquellos momentos compartidos años atrás, cuando aún eran jóvenes y el futuro era incierto.

— ¿Recuerdas cuando descubriste que había leído tu libro de poesía? —pregunta Chiara con una sonrisa, mientras juega con los dedos de Violeta, recordando la época en la que el miedo y la incertidumbre las envolvían.

Violeta sonríe y asiente, sus ojos reflejan una mezcla de amor y nostalgia.

— Sí.... Fue una gran sorpresa encontrar una copia de mi libro entre tus cosas —responde en un susurro—. Aun recuerdo cómo, sin darme cuenta, te revelé el título en aquel viaje a Italia. "Lo mucho que pienso y lo poco que digo", pero jamás espere que lo recordases y que compraras una copia...Creo que ese libro tenía más de mí de lo que estaba dispuesta a admitir en ese entonces.

Chiara se ríe suavemente, acercándose un poco más a ella. Su cabeza se apoya en el hombro de Violeta, mientras ambas se quedan mirando las estrellas, recordando cómo sus caminos las habían llevado hasta allí.

En ese momento, un pequeño susurro y unos pasitos apresurados interrumpen su momento. Desde la puerta, aparece un niño pequeño de unos cuatro años, con unos enormes ojos verdes, el mismo color que los de Chiara, y un biberón en la mano. Su vocecita tierna rompe la calma.

— Mamá, ¿puedo estar con ustedes? —La vocecita suave y soñolienta de Alejandro, su hijo de cuatro años, rompe el silencio de la noche. Con sus grandes ojos verdes y un biberón en la mano, el pequeño se acerca a ellas titubeando, su cabello revuelto por el sueño.

Chiara y Violeta se giran hacia él con una sonrisa que refleja toda la ternura que sienten.

— Ven aquí, cariño —dice Violeta mientras lo toma en brazos y lo acurruca entre ambas.

El niño se acomoda entre ellas, rodeado de amor, mientras las dos mujeres lo llenan de mimos bajo las estrellas. Chiara acaricia el cabello del pequeño, mientras Violeta le da un beso en la frente. El cielo parece más brillante que nunca, pero para ellas, el mundo entero está en ese momento, en esa manta bajo el cielo nocturno, con su hijo en el medio.

El aire está lleno de amor, y mientras el pequeño Alejandro se acurruca, Chiara le da un beso en la frente antes de mirar a Violeta con una sonrisa.

— Siempre fuiste mi estrella, Vivi —le dice en voz baja, sus ojos brillando como lo hicieron aquella primera noche bajo las estrellas.

Violeta, conmovida, le devuelve la mirada y le susurra:

— Y tú siempre fuiste la mía, Kiki.

Ambas se inclinan para darse un beso suave, lleno de promesas, mientras su hijo duerme entre ellas, en el centro de su pequeño universo. Bajo el mismo cielo que las había visto comenzar, ahora están ahí, juntas, con su hijo, y con la certeza de que su amor había resistido el tiempo y las estrellas.

FIN

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AHORA SI, OFICIALMENTE ESTE ES EL FIN DE "ENTRE ESTRELLAS Y PROMESAS" MUCHAS GRACIAS POR EL APOYO, LES RECUERDO QUE ESTE ES MI PRIMER FIC, SIN EMBARGO NO SERÁ EL UNICO, ESTOY PREPARANDO UNA NUEVA HISTORIA KIVI QUE ESPERO QUE USTEDES DISFRUTEN Y APOYEN.

EN FIN QUE MUCHISIMAS GRACIAS!

Entre Estrellas y Promesas- KIVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora