Un encuentro algo inesperado

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El sol estaba en su punto más alto, proyectando sombras sobre las calles desoladas. El grupo de Aou avanzaba con cautela por las calles destruidas de la ciudad. No había signos de vida humana, solo el eco del viento golpeando edificios abandonados y el ocasional sonido distante de algún infectado errante. La tensión era palpable; habían aprendido que en este mundo, incluso un segundo de descuido podía ser letal.

Aou lideraba, con Winny, First, Phuwin, Satang, Jimmy y Book siguiéndolo de cerca. El grupo mantenía los ojos bien abiertos, pero la fatiga de meses sin un refugio adecuado comenzaba a notarse en sus movimientos.

─Tenemos que encontrar un lugar para descansar,─ murmuró Phuwin, jadeando.

Aou asintió, pero justo cuando iba a responder, los murmullos entre Sea y Book comenzaron a elevarse. Lo que inicialmente fue una pelea silenciosa, poco a poco se fue intensificando

─Maldita sea, chicos no es el momento─ hablo Satang con un pequeño alce de voz. Pero el volumen de la discusión seguía subiendo, y antes de que alguien pudiera intervenir, un grito inesperado resonó.

El caos fue inmediato.

Un ruido estremecedor resonó en el aire. Al voltear la esquina de una calle, se encontraron con lo peor: una horda de infectados. Decenas de ellos caminaban lentamente, con sus pieles podridas y sus ojos perdidos en un vacío aterrador. Sus cuerpos deformes se movían torpemente, pero la amenaza era clara. Uno de ellos alzó la cabeza, olfateando el aire antes de volverse hacia el grupo. En ese momento, uno gruñó, y el resto lo siguió.

─¿Que mierda? ¡Rápido, avancen! ─ gritó Aou sin pensarlo dos veces.

El grupo desató una carrera frenética, con los infectados siguiéndolos de cerca. El sonido de los pies golpeando el pavimento se mezclaba con los gruñidos que provenían detrás. El caos se desató. Corrieron por las calles, saltando escombros y esquivando autos abandonados, pero los infectados no disminuían su persecución.

Justo cuando parecía que estaban perdiendo distancia, Aou sintió un tirón en su mochila. Uno de los infectados había logrado alcanzarlo. Con un rugido espeluznante, lo arrastró hacia el suelo, desgarrando la tela de su camisa y haciéndolo rodar en el asfalto. El tiempo pareció detenerse mientras los infectados se acercaban. Aou intentó zafarse, pero la fuerza del infectado lo mantenia inmovil. Justo cuando pensaba que sería su final, una figura alta apareció de repente. Un hombre desconocido, con movimientos precisos, apartó al infectado de un golpe, salvando a Aou en el último momento.

Aou escuchó un grito, seguido del sonido de un cuchillo hundiéndose en carne. Al alzar la vista, vio a un hombre alto, con una expresión seria y determinada. Era un hombre, acompañado de un grupo de 3 personas.

─¡Vamos!─ ordenó uno de los hombres que se encontraba cerca de Book y First con una voz firme mientras que el otro ayudaba a Aou a levantarse.

Sin más opción, el grupo de Aou se unió a ellos en la frenética huida. Corrieron por callejones estrechos, atravesando calles y edificios, mientras los infectados seguían sus pasos.

Aturdido pero consciente, Aou fue llevado rápidamente a una pequeña tienda cercana junto a su grupo. Se agacharon entre los estantes polvorientos, intentando pasar desapercibidos para los infectados que deambulaban por las calles. Pero Aou, aún afectado por el ataque y enfadado por la situación, no pudo contenerse.

─¡Esto es su culpa!─ gritó Aou, lanzándose sobre Sea y Book, empujándolos hacia los estantes. ─¡Por su maldita pelea casi nos matan!─

La tensión escalaba rápidamente, hasta que, de repente, sintió una mano fuerte agarrándolo por detrás. Un hombre lo sujetó con firmeza por el cuello de su camisa y lo obligó a agacharse. La otra mano del desconocido se colocó sobre su boca, silenciando cualquier palabra que intentara salir.

Infected Hearts ︱ BoomAouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora