Prólogo

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Toda persona tiene un concepto distinto sobre la palabra felicidad.

Para algunos, no es más que cosas materiales.

Otros, la encuentran en momentos, lugares o incluso personas.

Luego están los que simplemente son felices. Sin ni si quiera tener un motivo aparente siempre se sienten a gusto y llevan una sonrisa en el rostro.

Y por último, están los que no creen en la felicidad, viven tan esquemáticamente que se pierden de "lo mejor de la vida".

Yo era de esas.

Hasta que me reencontré con él.

Él tiene poder de desestabilizarme.

Y por eso lo odio. Porque Alex Mendoza es todo lo que no quiero en mi vida, o eso era hace 4 años.

Un niño de papi arrogante, mentiroso y muy desenfrenado, que pone mi mundo de cabeza desde que tengo uso de razón.

¿Lo peor? Me toca convivir con él día a día, otra vez. ¿Seguirá siendo el mismo idiota de siempre?

LimerenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora