Joseph evitaba ver la hora, se mantenía inmerso hasta que su asistente virtual aparecía en su chip visual y le advertía que necesitaba un descanso orgánico. Esa era la parte que más odiaba, tener que salir a flote a la realidad y procurar dormir seis a siete horas en su habitación celda, hacía muchos años, quizá cuando niño, que había salido al exterior, en redes decían que ya no existía gente que caminara en el exterior, le llamaban los locos realistas, la mayoría de seres que caminaban eran los robots autónomos, los cyborgs y los robots remotos controlados, las dos últimas opciones eran solo para la élite y personalidades millocréditas.
La gran mayoría prefería sumergirse el mayor tiempo posible, además, el esfuerzo físico para pararse y caminar le causaba siempre cierto vértigo. Lo peor era cuando miraba el reloj, parecía que el tiempo se burlara de él cuando lo hacía, a veces volaba cuando llegaba a ese inicio de descanso, y otras sentía que se congelaba, o más delirante aún, algunas veces parecía retroceder, pensando incluso que algo quizá falló en el sistema, para terminar concluyendo que era su fatiga crónica en la realidad la que jugaba con su mente.
Por eso prefería la inmersión, dentro tenía la energía necesaria siempre, con su actualización, una hora real eran un mes de vida, no había envejecimiento ni enfermedades, podía moverse a donde quisiera, y acumulaba créditos verdes que le servían en la vida real, mientras se evitaba gastos que en la realidad eran onerosos. Aún así, había un periodo de tiempo real de 15 horas máximas de inmersión, donde el sistema te expulsada por motivos de salud orgánica, luego te contabilizaba de 6 horas como mínimo de sueño efectivo para reabrise el acceso parq una nueva inmersión.
Joseph era un buen ciudadano global, su foja de delitos era impecable, no tenía comentarios de odio o injusticia, tenía una valoración social de 8.7 de 10 con sus contactos y círculo cercano. Él, en secreto, se jactaba que se debía a que era mejor no tener contacto real con nadie, solo lo mínimo necesario que solicitaba la Gobernanza que eran 2 veces al año, por lo menos en el día global y el día de la Inclusión Global, donde los servidores públicos facilitaban salas alrededor del mundo, y transportaban a los ciudadanos globales a escuchar a sus líderes sobre las mejoras sostenibles de ese semestre. Por cierto, esas dos fechas le causaban mucha ansiedad, como a miles de ciudadanos, pues no todo eran buenas noticias y deseos, sino que había la revisión de vida de cada ciudadano y la visualización del ranking por cada ciudad kilométrica.
Abre los ojos, mira la hora, es hora de la inmersión, le dice su asistente virtual. Ahora vivirás todo lo que desees, porque te mereces ser feliz.
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New Breed City (Micro relatos)
Science FictionEsta es una serie de microrelatos de personas de New Breed City. Si te gusta algún personaje o historia, coméntame para seguir escribiendo sobre ese microrelato que te gusta. Disfruta la lectura.