CAPÍTULO DIEZ: THE PROPOSAL

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Se sintió como si la cena duró por siempre.

Sunghoon estaba medio-tentado a irse temprano, pero no quería que pareciera como que huía de Jake, que era cómo iba a ser interpretado por su primo y Niki. Por no hablar de que despertaría las sospechas de Yuma. Ya era bastante malo que Yuma estuviera desconcertado por la presencia de Jake y no parara de hablar de él: Yuma era un poco

superficial. Habría sido gracioso si no fuera Jake.

Jake.

Sunghoon miró al otro extremo de la mesa. Jake estaba mirando su plato con una expresión profundamente contemplativa en su rostro. ¿Qué estaba haciendo?

Al darse cuenta de que lo estaba mirando fijo, Sunghoon se obligó a alejar la mirada.

Encontró a Sunoo estudiándolo con atención, un pequeño ceño entre sus cejas. Niki le susurró algo al oído y el ceño fruncido de Sunoo desapareció. Sunoo sonrió irónicamente a su novio y negó con la cabeza, tocando el cuello del Niki con sus dedos. Niki le sonrió.

Sunghoon apartó la mirada. A veces ver a Sunoo y a su novio era más que un poco incómodo. Estaba feliz por su primo, él era quien le había dicho a Sunoo que fuera a por ello, y sin embargo...

La mirada de Sunghoon cayó sobre otra pareja, sentada frente a él: un hombre caracúlico de pelo oscuro y un chico rubio asombrosamente guapo. No los conocía demasiado bien, sólo sus nombres: Gyuvin y Ricky

"No seas tan aguafiestas," Ricky le dijo al otro hombre, rodando sus ojos. "No te haría daño usar una sonrisa de vez en cuando." Sonrió ampliamente a su compañero de rostro severo. "¿Ves? No es tan difícil."

Gyuvin le dio al rubio una mirada poco impresionada, pero la forma en que sus oscuros ojos se quedaron en la cara sonriente de Ricky lo traicionaba. La pareja parecía extraña y sin nada en común, pero al mismo tiempo, perfectos el uno para el otro. Simplemente correcto.

Contra su voluntad, los ojos de Sunghoon se sintieron atraídos por Jake de nuevo.

Esta vez se encontró con Jake mirándolo.

Jake le dirigió una mirada significativa e inclinó la cabeza hacia la puerta.

Apretando los labios, Sunghoon negó con la cabeza. Él ya había dicho todo lo que había que decir. No había nada más que hablar. Y si Sunghoon era completamente honesto, no confiaba en sí mismo para estar a solas con Jake y seguir diciendo no. Su resolución no existía cuando Jake lo miraba con sus grandes ojos verdes y susurraba su nombre. Sunghoon había pensado, deseado, que la entrada de Yuma en su vida lo hubiera cambiado, pero se había equivocado. En el momento en que había visto a Jake en la cocina, el primer impulso de Sunghoon había sido empujar a Yuma lejos, como si hubiera sido atrapado haciendo trampa, lo que era ridículo. Jake no era nada para él, nunca lo había sido y nunca lo sería. Sunghoon tenía un novio ahora, y el nombre de su novio no era Jake. El nombre de su novio era Yuma.

Sunghoon miró al joven que estaba sentado junto a él. Yuma sonrió. Sunghoon logró una sonrisa en respuesta. Cuando había conocido a Yuma hace dos meses, suponía que sería sólo una aventura de una noche, una de muchas.

Sunghoon hizo una mueca ante el pensamiento. En ese momento, él había estado dispuesto a follarse a cada chico guapo que viniera a él. Había querido demostrarse a sí mismo que aún podía hacerlo. Había querido demostrarse a sí mismo que podía seguir adelante. Había querido probarse que él no era el hombre de ojos apagados que veía en el espejo.

Pero una noche se había convertido en dos, luego tres, luego una semana, y así sucesivamente, y Sunghoon descubrió que le gustaba Yuma. Era guapo, pero también era agradable y con los pies en la tierra. Comparado con el temperamento y la actitud exigente de Jake, Yuma era un santo. Yuma era amable y sin complicaciones. Yuma era todo lo que Jake no era. Yuma era todo lo que Sunghoon quería en un novio. Y Yuma lo quería a él.

Easier | SungjakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora