CAPÍTULO ONCE: THE DISILLUSIONED

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"Muy bien, ¿qué está pasando?"  Yuma dijo tan pronto como regresaron a la casa de Sunghoon.

Sunghoon se quitó la camisa y se volvió hacia Yuma. No se molestó en fingir ignorancia; sólo un idiota no se habría dado cuenta de lo callado que había estado durante el viaje a casa, y Yuma no era idiota.

"Puedes decirme lo que sea," dijo Yuma, sus ojos grises amables y preocupados.

Sunghoon miró su rostro intensamente atractivo. Entonces él agarró el brazo de Yuma y lo jaló más cerca. Yuma hizo un ruido sorprendido que fue tragado por la boca de Sunghoon. Sunghoon lo besó duro, tratando de sentir algo, cualquier cosa. Yuma gimió y le devolvió el beso, deslizando sus manos bajo la camisa de Sunghoon, y él sintió.

Se sentía mal. Se sentía mal, y sucio, como si él estuviera engañándolo a Jake, lo que era tan ridículo que hacía enojar a Sunghoon. Enojado con Jake, pero sobre todo enfadado consigo mismo. ¿Por qué los besos que Jake había permitido que él tomara se habían sentido mucho mejor que los apasionados besos de Yuma? No tenía sentido. Le gustaba Yuma. Quería amarlo. Yuma era el novio perfecto que cualquier hombre gay podría desear.

No era Jake.

Sunghoon se sacudió el pensamiento. Había estado lo suficientemente contenido con Yuma hasta que Jake había aparecido. Podría contentarse con Yuma de nuevo. Sólo tenía que intentarlo en vez de suspirar por algo que nunca podría realmente tener.

Yuma rió sin aliento cuando Sunghoon lo empujó hacia la cama.

Al menos físicamente aún podría sentir lo que su mente y su corazón no podían. Se las arregló para tener una erección, y se las arregló para mantenerse duro hasta empujarse dentro de Yuma.

Entonces, todo salió mal: el pelo rubio brillante de Yuma se oscureció, su piel más pálida y más suave, su cuerpo más delgado, y luego era Jake mirando hacia arriba hacia él con confianza. Y algo se rompió dentro de él, su polla hinchándose, su sangre quemando.

Después, Sunghoon apenas podía recordar el sexo. Recordaba el deseo, el amor y la desgarradora ansiedad corriendo por su sangre. Recordaba el nombre que salió de sus labios cuando él se corrió. No fue el de Yuma.

Por un largo, tenso momento, no hubo ningún sonido en absoluto.

Entonces Yuma lo empujó antes de sentarse y alcanzar su ropa.

Sunghoon se giró sobre su espalda, sintiéndose como el mayor idiota del planeta.

"Deberías habérmelo dicho," dijo Yuma secamente, parándose para subirse los jeans. "Deberías haberme dicho que estabas jodidamente enamorado de alguien más. Entonces yo no estaría tan..." Él se rió entre dientes, sacudiendo la cabeza. "Deberías habérmelo dicho."

"Yo no creí que importara."

Yuma comenzó a abotonarse la camisa, sus movimientos rígidos, tiesos. "Importa," dijo. "Si yo hubiera sabido que era sólo un reemplazo para ti, no habría sido tan estúpido como para –para..."

Sunghoon se deshizo del condón. "Lo siento."

"Correcto. Lo lamentas."

Sunghoon se levantó de la cama y le puso una mano en el hombro a Yuma.

"Realmente lo hago," dijo en voz baja. "Sé mejor que nadie cuánto esto apesta. Él es heterosexual y nunca va a ser realmente mío."

Una risa sin humor dejó la garganta de Yuma. "Justo ahora no puedo realmente sentir pena por ti." Se dio la vuelta, sus labios torcidos en una sonrisa que parecía más una mueca. "Pensé que eras el indicado para mí, sabes."

El dolor desenmascarado en los ojos de Yuma trajo una nueva ola de culpa, arrepentimiento y resentimiento por la injusticia de todo. "Quería que esto funcione," dijo Sunghoon. "Eres el tipo de hombre que siempre quise para un compañero: agradable, y desinteresado, y–"

"Pero no soy él," dijo Yuma.

Sunghoon desvió la mirada. "Eres mejor persona que él."

"Pero no soy él."

Sunghoon se quedó en silencio.

Con su mandíbula apretada, Yuma asintió y se volvió hacia la puerta.

"Traté de enamorarme de ti," dijo Sunghoon. "Pensé que tal vez si pudiera hacerlo de alguien–"

"No."

"–Serías tú. Si yo pudiera elegir,"

"Pero no puedes," dijo Yuma con fuerza. "Y tampoco puedo yo." Le dio un débil intento de sonrisa. "Pero al menos sé que no debo enamorarme de un chico heterosexual. Buena suerte con eso" Y se fue.

Yuma no azotó la puerta a su salida.

Jake lo habría hecho.

Sunghoon se sentó en la cama deshecha y enterró su cara entre las manos.

Maldita sea, estaba cansado. Cansado de luchar contra esto. Cansado de obligarse a sentir lo que él no sentía. Cansado de suprimir las emociones que sí sentía. Lo había hecho por años. Él había tratado con encuentros de una sola noche, lo había intentado con una relación, había tratado de seguir adelante y vivir lejos sin Jake. Pero nada había funcionado, y en el fondo, sabía que nunca nada lo haría.

Te amo. La voz suave y sincera de Jake, susurrando en su mente.

No puedes decir que no lo sienta solo porque yo no te quiera de esa manera. Te amo en

todas las formas que importan.

Sunghoon se mordió el interior de la mejilla hasta que sintió el sabor amargo de su sangre.


Nopuedeser Sunghoon, una cosa tenías que hacer y la cagas. Yuma la real víctima. En fin, hombres, hombres. Cuídense, xoxo.



Easier | SungjakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora