Capítulo 1°: Algo abrumador.

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Me encontraba en mi habitación viendo por la ventana los pasillos del laboratorio que por ahora permanecía vacío, claro, cómo no estarlo si es la 1:24 AM. De madrugada y yo despierto. La razón de eso es que no puedo dormir, tengo un mal presentimiento ¿Qué es? Espero que no sea nada ya que suelo ser el objetivo de los malos presagios.

En algún momento y sin saberlo me dormí. Había tenido un día cansado.

Sentí que ya era hora de despertar, pero algo estaba mal. Usualmente suenan los altavoces en mi habitación y sin embargo esta vez no se escuchaban ni los generadores funcionando. Destaquemos que tengo oídos muy sensibles. Me levante de la cama en dirección a la sala principal. Nada se movía y todo estaba en calma, al acercarme a la mesa central y habían algunos papeles con documentos escritos... No entendía lo que mis ojos veían.

"EXPERIMENTO MEJORADO"

"VITAL SUSTENTO DEL EXPERIMENTO"

"SALA DE CREACIÓN #N234"

"CULMINACIÓN EXITOSA"

¿Qué era todo esto? ¿cuál experimento?

Esto que estaba viendo me hacía pensar en las cosas podía alucinar mi mente...O ¿Era real?. Escuché un zumbido, luego algo fuerte como una ¿Explosión? ¿Qué estaba pasando?

Me di vuelta y al hacerlo una de las puertas aún antiguas se abrió mostrando unos ojos rojos desbordantes de rabia, tal vez incluso más que los míos, me asuste lo suficiente como para dar dos pasos atrás pero al intentar correr me fue imposible, volví a mirar aquella puerta y me tranquilizó no ver nada en ella. Tal vez fui muy optimista dado que segundos después frente a mí se materializó el cuerpo inerte de una niña. Esta niña tenía el cabello rubio, piel blanca y sus ojos estaban perdidos en un punto fijo de la sala. No le di mucha importancia a eso así que tan sólo seguí observándola. Su ropa estaba rasgada, tenía sangre en ciertas áreas de la ropa y se veía como cualquier otra niña pero no encajaba, ya hemos comprobado que es un sueño...Algo faltaba.

-María -Fue lo único que articule. El creer que estaba muerta fue lo mas tonto que pude haber hecho e incluso el decir su nombre pues inmediatamente entornó sus ojos en mi tal cual escena del exorcista.

Esa no era María. Pronuncie su nombre nuevamente y aquel rostro inexpresivo mostró una sonrisa macabra, pasaron segundos eternos para que aquella cosa se levantara del suelo dando pasos lentos y vacilantes hasta acercarse, no podía moverme aún queriendo echar a correr. Al dar un ultimo paso todas las luces se apagaron dejando en su lugar un grito y un yo en estado de shock. No duró más de 40 segundos pero sí lo suficiente como para aturdirme. Sentí un tacto frío en mi vientre que poco a poco ascendía, no me disgustaba en lo absoluto pero cualquiera se asustaría al no saber quién o qué está invadiendo su espacio personal.

Cuando estuvo en mi abdomen se mantuvo bajo mi polera acariciando por un tiempo esa área, una respiración en mi me hizo sentir escalofríos en toda la espina dorsal dándome el impulso de moverme, alejarme, escapar. Nuevamente no pude. Ésta vez algo me mantenía fijado al suelo, miré hacia abajo hallando cadenas grises oxidadas. Vejestorios muy fuertes. Las manos que me tocaban se pasearon hasta mis piernas llegando a la cremallera de mis jeans dándome a entender que el sonido siguiente era el de mi cremallera cediendo. Escuché una voz que no reconocí, era torcida, lo bastante como parecer de película de terror o del anime de "corpse parte".

-Sé mío...Sha-dow-separó en silabas mi nombre causandome un leve temblor, poco después me bajaron los pantalones con todo y boxer hasta los tobillos. Sus frías manos apretaron mi miembro haciéndome gemir, era muy real, según yo- Vaya, eres muy sensible ¿Jamás te habían consentido, Sha-dow?- Ahora la voz ya no era torcida si no coqueta e insinuante.

(sonadow) Experimentos (En Edicion)©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora