Hombre negro pidiendo limosna

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Habia un negro en la calle, pidiendo limosna.
El vaso entre sus manos estaba vacío.
Y él suplicaba a la gente al pasar.
Ellos miraban abajo, avergonzados, impotentes.

Miraban al hombre negro,
y veían a alguien con un cuchillo bajo su abrigo desgastado por el tiempo,
usando su dinero en pornografia, en putas y en drogas.
A alguien que no quiso estudiar.

Yo, lo que veía era a un hombre desesperado.
A alguien que había intentado vivir, pero no le habian dejado.
A alguien que gastaba su dinero en comida para alimentar a los hijos que tuvo porque no pudo pagar protección.
A alguien que gastaba lo poco que sobraba en clases de español, para poder agradecer a quien le mirase a la cara por los cinco céntimos que le ofreció.
A alguien que quería salir de las calles.

Vi a un hombre dulce y desolado.
Vi a un hombre que nació en la familia equivocada.

Vi a un hombre trabajador.
Le di un euro,
y él me dio la mano.
Sus manos estaban ásperas del trabajo,
ásperas después de construir los cimientos,
de las casas de quien miraron abajo cuando pedía dinero.

No le eches la culpa cuando se caigan.

Izan

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