❥︎Parte 32.2

258 78 11
                                    

Hacía muchísimo tiempo que no sentía que en su corazón no había nada, que por su cuerpo no corría la sangre, que no había calidez en su cuerpo y la vida lo abandonaba.

La primera vez fue cuando supo que su abuelo había muerto, siendo el miembro que suponía la espina vertebral del cuerpo que conformaba toda la familia. Nunca tuvo el placer de conocer a alguien tan maravilloso, nadie podía sonreírle como él, nadie lo animaba como él y sumándole que todo en su casa se fue en picada tras su muerte, la tristeza fue casi inaguantable.

La segunda vez fue cuando Yoongi lo dejó. Su preocupación principal durante toda su vida siempre fue su familia, sacarlos adelante, tener dinero para ayudarlos y hacerlos feliz tanto como pudiese, pues de esa manera él sería feliz también, hasta que conectó por primera vez con el lobo de Yoongi y conoció al amor de su vida.

Fueron años en los que su pensamiento principal fue evolucionando hasta acabar pensando en su alfa como lo más importante para él, pero sin aceptarlo del todo, terminando con el corazón roto y vacío de una alteración que no pensó sentirlo nunca.

La tercera vez, y esta siendo la actual, fue cuando abría lentamente los ojos en el hospital, siendo completamente cegado por la luz blanca que se ceñís sobre su camilla.

No sentía nada, ya no había un latido acompañando al suyo cerca de su pecho, ya no había un calorcito cubriendo su corazón, ya no sentía el peso de la panza sobre su cuerpo y todo lo que quería era llorar, llorar y gritar hasta que todo volviera a su lugar.

Sin poder evitarlo, comenzó a llorar, las lágrimas mojando su cuello en tiempo récord y la mano en la que tenía inyectada la vía temblando hasta más no poder. No podía girar el cuello mucho, y mover sus brazos le dolía.

Sabía lo que había pasado, recordaba lo que había pasado y su experiencia le decía que el resultado de ello no había sido nada bueno. Pero ni siquiera quería pensarlo, no quería plantearse la idea de que a dos meses de tener a su hijo, este ya no estaba creciendo en su interior y la incertidumbre de no saber dónde estaba lo iba a terminar llevando a una ataque nervioso.

¿Y Yoongi? ¿Dónde estaba Yoongi y por qué no estaba con él? Tampoco lo escuchaba, tampoco lo sentía y aquello solo lo empeoraba todo. Le pitaba el oído y solo podía escuchar el pitido constante de la máquina que marcaba su ritmo cardíaco aumentarse velocidad al paso de los segundos.

Puso toda la fuerza que tenía en su cuerpo, puso el dolor también, porque era lo que reinaba dentro de sí y de su lobo, para levantar su mano y empujar como le sea posible la máscara de oxígeno hacia abajo y respirar el aire frío de la habitación.

Estaba muy nervioso, se estaba alterando estando solo y vacío en aquellas cuatro paredes y por el pitido de monitor cardíaco sabía que alguien entraría pronto y así fue.

Gina entró corriendo junto a una enfermera por la puerta y al verla solo pudo llorar más fuerte.

—Jimin, necesito que te tranquilices, no has acabo en la UCI de casualidad.—El omega no dejaba de negar, trataba de hablar, pero tenía la garganta seca y le dolía.—Lee, trae agua y cinco miligramos de midazolam.

Jimin no dejaba de negar, no quería un tranquilizante, quería levantarse y saber donde estaban su bebé y su alfa.

—N-no, no, por-

—No hables, puedes hacerte daño.—Le aconsejó la mujer.—Si no colaboras y te calmas, no voy a poder decirte que ha pasado y te tendré que aplicar un sedante.

—No.

—Exacto, no.—Concorde la mujer y Jimin se forzó a sí mismo a respirar hondo y bajar, aunque no tanto, su ritmo cardíaco.—Bien, sigue así.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 04 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Be My Alfa| ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ| OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora