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El sol de la tarde iluminaba la ciudad con un brillo suave y cálido, el tipo de día perfecto para una salida de compras. Amaya, sentada en su habitación, terminaba de arreglarse mientras miraba su teléfono.
Luna había aceptado acompañarla para una tarde juntas, algo que, para sorpresa de ambas, se había vuelto cada vez más común.
Aunque la chica lunar solía estar del lado de los villanos, últimamente habían comenzado a pasar tiempo fuera de sus identidades de héroe y villana, un hecho que no había pasado desapercibido por sus amigos.
Mientras se cepillaba el cabello, Amaya recibió un mensaje de Connor en el grupo de chat que compartían con Greg.
Connor: “¿Así que hoy es el gran día, Amaya? 🤔”
Greg: “No puedo creer que realmente estés saliendo con Luna... ¿no te da un poco de miedo?”
La castaña rodó los ojos, sonriendo ante los comentarios de sus amigos.
Amaya: “Por favor, no es para tanto. Luna es más amigable de lo que parece. Solo vamos de compras.”
Greg: “¿Compras con una villana? Suena a la trama de una película de romance.”
Amaya dejó el teléfono a un lado y se miró en el espejo. Había algo extraño en todo esto, pero no podía negar que, pese a todo, Luna le caía bien.
Algo en la forma despreocupada de la villana la intrigaba, y aunque sus amigos hacían bromas al respecto, Amaya sentía que era solo una amistad... ¿o quizás algo más?
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Mientras Tanto, con Luna
En otro rincón de la ciudad, Luna también se preparaba para la salida. Sin embargo, no estaba sola.
Romeo y Ninja Nocturno habían llegado a su guarida un poco antes de lo previsto y, como siempre, no podían evitar hacer comentarios sarcásticos.
—¿De verdad vas a salir con Amaya otra vez? —preguntó el pelinegro, con los brazos cruzados—. Estás pasando mucho tiempo con los héroes últimamente.—
