Capítulo 03: La rebeldía de John.

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El comedor estaba en silencio, apenas roto por el tintineo de cubiertos. Cada estudiante seguía las reglas con precisión militar, mirando sus platos y manteniendo el orden que el internado exigía de manera obsesiva. Las reglas eran claras: no hablar demasiado alto, no levantar la vista, no desordenar el espacio. El ambiente era sofocante, pero nadie lo desafiaba...

Excepto John.

Doyoung, sentado en su habitual lugar del consejo estudiantil, repasaba mentalmente la agenda del día. Su espalda recta y su postura impecable eran signos de la disciplina a la que ya estaba acostumbrado. Pero, justo cuando tomaba un sorbo de su agua, notó un movimiento de reojo. 

John

Por supuesto que era él. ¿Cómo no?

John estaba inclinado hacia atrás en su silla, ignorando descaradamente la postura rígida que se esperaba de todos. A su alrededor, algunos estudiantes ya empezaban a cuchichear, temiendo las consecuencias de su desobediencia. Doyoung sintió un escalofrío recorrerle la espalda. 

¿Qué estás haciendo, idiota?

No pasó mucho tiempo antes de que uno de los supervisores se acercara. Kim YoungWoon, un hombre alto, con una presencia imponente, vestido con el uniforme negro que lo hacía ver más como un carcelero que como un profesor.

—Seo John —dijo el supervisor con voz fría, lo bastante fuerte como para que todo el comedor pudiera escuchar. —Te he advertido sobre esa postura.

John ni siquiera se molestó en enderezarse. Una sonrisa descarada se dibujó en su rostro mientras daba un ligero encogimiento de hombros.

—¿Ah, sí? No lo recuerdo —respondió con sarcasmo.

El supervisor lo miró con desaprobación. La mayoría de los estudiantes bajaron la vista, sabiendo que se avecinaba un castigo. John, sin embargo, parecía deleitarse en el desafío, casi como si estuviera buscando problemas a propósito.

Y lo estaba consiguiendo.

—Levántate y sígueme —el tono del hombre era firme, inquebrantable.

El castaño dejó escapar un suspiro exagerado y comenzó a levantarse lentamente, pero antes de que pudiera hacerlo, Doyoung se puso de pie. Todos los ojos en el comedor se volvieron hacia él, curiosos por su repentina intervención.

—Espere —dijo Doyoung, su voz resonando en el salón.

El silencio cayó en menos de cinco segundos.

YoungWoon lo miró con una ceja levantada, claramente sorprendido de que Doyoung, un miembro del consejo estudiantil y representante del orden, estuviera intercediendo por alguien como John.

—¿Hay algún problema, Doyoung? —preguntó el hombre con desdén.

Doyoung tragó saliva, su mandíbula tensa mientras buscaba las palabras adecuadas. Sabía que interceder por John era una mala idea, pero no podía quedarse quieto, sabiendo que el castigo sería demasiado severo.

—Creo que este incidente puede solucionarse sin la necesidad de un castigo formal —dijo, su tono lleno de seriedad. —John solo estaba distraído. Ya sabe cómo es él. No hubo intención de falta de respeto.

John lo miraba desde su lugar, visiblemente confundido por la intervención de Doyoung. Sus ojos castaños se entrecerraron ligeramente, como si intentara descifrar las verdaderas intenciones de su compañero de habitación. Doyoung evitó el contacto visual, manteniéndose firme.

El supervisor lo consideró por un momento, sus ojos fríos evaluando a Doyoung con detenimiento. Era un riesgo enorme interceder, y ambos lo sabían. Doyoung podía estar poniendo su reputación en juego, pero la única opción para evitar que John fuera castigado físicamente era asumir esa responsabilidad él mismo.

Eunoia | 𝙅𝙤𝙝𝙣𝘿𝙤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora