"𝑬𝒍𝒍𝒂 𝒆𝒔 𝒍𝒖𝒛 𝒚 é𝒍 𝒐𝒔𝒄𝒖𝒓𝒊𝒅𝒂𝒅"
Tiempos oscuros se acercan y Holly Lupin tiene muy claro a qué bando apoyar. Para ella, lo más importante es su familia y todas las personas a las que a ella le ha entregado parte de su corazón.
En c...
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Antes que nada, me gustaría advertiros que este es el capítulo más largo que hay de momento en la historia. Había pensado en dividirlo en dos, pero personalmente me gusta así ;)
Espero que os guste 💖
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Hoy era tan esperado día. Hoy era la cena de Slughorn. Las clases habían acabado esa misma tarde y mañana la gran mayoría de los estudiantes de Hogwarts abandonaríamos la escuela para pasar las Navidades con nuestras familias. En mi caso, los primeros dos días los pasaría en mi casa, con mi padre, mi hermano y sus amigos. Dentro de tres noches sería luna llena, y habían decidido que querían estar allí con él. O, como yo suponía, los Merodeadores se habían ofrecido a ir para que yo no acompañara a mi hermano en su transformación.
"Cómo si eso fuera a evitar que lo acompañara" pensé mientras rodaba los ojos.
Después, el día de Navidad, iríamos a la casa de los Potter, dónde Remus se quedaría hasta fin de año. Mi padre había decidido celebrar fin de año en casa, con un número muy reducido de personas. Entre ellas, como es evidente, estaban los Potter, el resto de Merodeadores, los Pettigrew y algunos miembros de la Orden de Fénix. Después pasaríamos los pocos días que nos quedaban en familia, Remus, mi padre y yo juntos después de meses sin poder ver a nuestro padre.
Merlín, echaba tanto de menos a mi padre.
Mientras pensaba en él, salí del baño, recién duchada y con un albornoz cubriendo mi cuerpo como única prenda. Abi ya estaba lista, salvo por su vestido, que descansaba junto al mío en la cama de mi mejor amiga. Nuestra otras dos compañeras de cuarto estaban sentadas en sus respectivas camas, una con un libro entre las manos y la otra ojeaba el preiódico de ese día.
Abi me indicó que me sentara en el borde de mi cama, y ella, de rodillas arregló mi pelo. Lo peinó a su gusto y, mientras, yo miraba como iba quedando en el reflejo del espejo que había junto a mi cama. Cuando quedó a su gusto, pasó a mi cara. Mientras ella hacía su magia, me hablaba de su familia y de las ganas que tenía de verlos. Creo que era un sentimiento que compartíamos muchos en estos tiempos de oscuridad. Nunca sabías cuándo iba a ser la última vez que los vieras.
Cuando acabó, observó su resultado unos instantes antes de sonreír.
—Ya está. ¡Perfecta! —Dió un paso al lado y dejó que me mirara en el espejo.
Sabía que Abi era muy habilidosa con la brocha, pero siempre me sorprendía. Le había pedido algo sútil, que no fuera tan llamativo como sus labios rojos y su degradado de sombras. Y ella lo había hecho a la perfección. Había puesto un poco de brillo en mis ojos y había dibujado un delineado pequeño, para nada llamativo. Además, me puso un poco de colorete en mis mejillas para darles un poco de color y un brillo de labios con un pequeño tono rojizo que apenas se notaba.
