0 ✧ 𝑃𝑟𝑒𝑓𝑎𝑐𝑒

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Una pequeña niña de pelo castaño seguía a su hermano mayor por la estación de King Cross

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Una pequeña niña de pelo castaño seguía a su hermano mayor por la estación de King Cross. Su hermano, un año mayor que ella, caminaba con paso apresurado ya que estaba ansioso por reencontrarse con sus amigos. Detrás de ellos iban sus padres, con paso menos apresurado que el de sus hijos pero lo suficientemente rápido para no perderlos de vista.

—Remus, no corras tanto —dijo su padre.

—Vamos a llegar tarde –le contestó este.

—¿Tarde? —Su madre soltó una carcajada—. Quedan 20 minutos para que parta el tren.

Ninguno de sus dos hijos les hizo caso. Siguieron andando rápidamente hasta llegar a aquel punto entre los andenes nueve y diez.

Antes de correr hacia allí, el mayor se giró para mirar a su hermana y le dijo:

—¿Quieres que vayamos juntos?

La pequeña sonrió. Estaba muy emocionada por su primer año en la escuela. Se había pasado todo el año anterior esperando ansiosamente las cartas de su hermano, esperando que le contara cómo era el colegio, sus amigos, sus clases, sus profesores... Por no hablar de lo mucho que había extrañado a su hermano. Le emocionaba volver a poder pasar tiempo con él.

Para ella, Remus era su persona favorita, su héroe, junto con su padre.

Se situó junto a su hermano y juntos corrieron hacia la pared. No era la primera vez que lo hacía, el año anterior había acompañado a sus padres a despedir a su hermano, pero aun así se sintió diferente. El año anterior iba a despedir a su hermano. Este año no lo haría. Este año estaba allí para partir hacia el castillo junto a él.

Sus padres llegaron segundos después y se movieron por el andén repleto de gente hasta encontrar un hueco para situarse y poder hacer las despedidas como Merlín mandaba. Encontraron uno entre dos columnas. El padre dejó las maletas de su hija en el suelo y se volvió hacia sus hijos con una sonrisa.

—Os voy a echar mucho de menos, que lo sepáis.

Ambos niños le sonrieron a su padre.

—Espero que no os metáis en ningún lío. Bueno... —Lyall miró directamente a su hijo mayor—. Espero no tener ninguna lechuza de McGonagall informándome de una de las trastadas que habéis hecho tú y tus amigos. Y espero —miró a su hija—, que no sigas el ejemplo de tu hermano en las trastadas. Está bien divertirse, pero no hace falta acabar castigado por ello.

Ambos asintieron. Su padre se acercó para abrazarlos pero un grito hizo que se pararan en seco.

—¡Remus!

La familia Lupin se volvió hacia la voz y encontró a una pequeña familia de tres integrantes acercándose hacia ellos. El señor tenía el pelo oscuro alborotado e iba vestido impecablemente, con una túnica azul marino y unos pantalones a juego. Rodeaba con su brazo la cintura de una mujer alta y esbelta. Ella lucía una sonrisa radiante que le llegaba a los ojos marrones, iguales que los de su hijo. Este corría hacia ellos con una sonrisa igual de alegre y radiante como la de su madre. Ya llevaba su uniforme puesto y lucía orgullosamente los colores de Gryffindor.

𝐷𝑎𝑦 𝑎𝑛𝑑 𝑁𝑖𝑔ℎ𝑡 ✧ 𝐑𝐞𝐠𝐮𝐥𝐮𝐬 𝐁𝐥𝐚𝐜𝐤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora