El espacio se estiró y contrajo a su alrededor, y de repente, la nave de Lavender emergió en la calma abrumadora del vacío. El salto había terminado. El panel de control parpadeó con información fresca, confirmando su llegada al sistema solar, un nuevo nombre para él, sin significado alguno. Lavender exhaló lentamente, su respiración pesada tras el frenesí de los últimos minutos. Estaba solo ahora, pero tampoco era como si no conociera aquél sentimiento.
El recuerdo de su compañera, saltando al vacío para distraer a los drones, aún lo perseguía. "Sigue adelante", había dicho. Y ahora él debía hacerlo. El sistema solar se extendía frente a él como un paisaje distante y silencioso, con un planeta hermoso en algún lugar más allá del resplandor de los planetas. El destino final.
El eco de lo que acababa de ocurrir pesaba sobre él, pero no había tiempo para el duelo. Las coordenadas estaban marcadas, y la misión que habían comenzado juntos dependía de él. La rebelión aún tenía esperanza, y esa esperanza ahora lo aguardaba en el planeta azul que giraba a millones de kilómetros de distancia.
Lavender ajustó los controles, poniendo en marcha los motores, sintiendo el suave rugido de la nave bajo sus pies. Había dejado atrás el caos, pero sabía que lo peor estaba por venir. Un último vistazo a las estrellas, y luego centró su vista en el objetivo.
La nave comenzó a vibrar cuando la Tierra se alzó en todo su esplendor ante él. A medida que Lavender descendía, el azul profundo del planeta fue llenando la vista de la cabina. Las nubes parecían manchas blancas sobre los océanos, y los continentes se extendían como fragmentos de un mapa antiguo. La sensación de urgencia crecía en su pecho, pero junto a ella, una punzada de duda.
Los motores rugieron más fuerte mientras la nave cortaba la atmósfera, envolviéndose en un resplandor anaranjado que iluminaba el casco. Los escudos térmicos chisporroteaban, resistiendo la fricción que amenazaba con convertir la nave en una bola de fuego. Lavender se agarró con fuerza a los controles, sus manos frías, sus ojos fijos en la trayectoria marcada.
La presión en el interior de la cabina aumentaba, y el calor se filtraba incluso a través de los sistemas de enfriamiento. Podía sentir cómo la nave luchaba por mantenerse estable, pero él no tenía margen de error. Sabía que no podía fallar. Las nubes que antes parecían lejanas ahora pasaban a una velocidad vertiginosa, difuminadas por la velocidad del descenso.
De repente, las luces de advertencia comenzaron a parpadear, señalando un pico de presión en los estabilizadores. El zumbido de la nave se intensificó, pero Lavender, con los dientes apretados, ajustó los controles una y otra vez, manteniéndola firme. Las capas superiores de la atmósfera finalmente cedieron, y la nave atravesó la barrera de fuego, emergiendo en los cielos más tranquilos de la Tierra.
El resplandor alrededor del casco se desvaneció, dejando a Lavender con una vista clara del paisaje bajo él: vastos océanos y tierra que se extendían hasta donde la vista alcanzaba. Acababa de llegar y vaya que era hermoso...
Una señal interceptó el panel y una figura se mostró, — Saludos, Lavender, ansiaba tu llegada.— Reveló aquella voz dulce y suave, que demostraba una sonrisa igual de reconfortante.
Los controles vibraron y brillaron, mientras la nave comenzaba a girar y sobrevolar el cielo, estaba cambiando el curso para no estrellarse en el océano.
— Alana y Chris me han hablado muy bien de ti. Ansío conocerte. La nave ya tiene las coordenadas, llegaras en breves instantes sin tocar nada, mientras tanto; ¿por qué no disfrutas estas bellas vistas? Apuesto son magnificas ante tus ojos...
Lavender quería hablar, quería preguntar muchas cosas, más estaba incrédulo por aquel paisaje que se mostraba tras el parabrisas. Aquella figura dejó huir una risita suave y desvaneció su aparición de la pantalla, donde ahora habría un conteo en regresiva del tiempo estimado en arribar; un minuto con quince segundos, y disminuyendo.
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Simplemente Defectuoso
FanficLos relatos de un jóven perla que fue creado al revés y con habilidades que ninguna otra perla había tenido. Sometido a la tiranía diamante y al prejuicio por haber sido creado distinto. Su huida del Homeworld parecía un sueño, pero parecería tener...