Prólogo

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Samantha me tomó por sorpresa cuando dijo eso, probablemente solo lo había dicho porque estaba enojada. O porque quería molestarme.

Mi reciente esposa y yo teníamos una vida sexual bastante activa, por el sexo jamás había ningún problema hasta este momento en específico.

Comenzamos a discutir porque, en sus palabras: 'Tu siempre quieres tener sexo, ¿¡No te has puesto a pensar que hacerlo todos los dias también es excesivo!?'

'Es que me gusta tu vagina' Es lo que claramente no le digo porque se haría la abusada y se molestaría aún más cuando ella tenía una perfecta capacidad de hablar como para decirme que no quería hacerlo.

En cambio de decirle eso porque probablemente estaba pensando con la cabeza del pene, le dije: 'Es bueno para la salud. Tuya y mía.'

Entonces llegó a la conclusión de que tendríamos que tener un acuerdo. Si alguien lo rompía tenía el derecho de tratar como esclavo al otro porque claro, tenemos siete años mentales.

Tres semanas sin tener sexo.

¿Qué le pasaba? ¿Quería matarme?

— Si ya no quieres estar conmigo puedes decírmelo.

— ¡Félix eres un exagerado! ¡Solo es una apuesta que no le hace daño a nadie! Sirve también para que me dejes descansar. Se que puedes lograrlo. — Me dijo inocente.

— Bebe, ¿Me odias?

— ¡Francisco!

— Acepto. — Dije, sonrió complacida y me abrazó besando mi mejilla suavemente. Estaba a nada de arrepentirme.

— Tres semanas. — Me repitió cerca del oído y acarició mi mejilla suavemente con una mano, bufé arrepentido.

— ¿Y si ya me arrepentí?

— Pues ya dijiste que si.

— ¿Una cogida de despedida? — Le pregunté acariciándole la cintura y una de las orejas con los labios, aquella soltó un chillido.

— Está bien — dijo.













Idea de rivxcoco (gracias bb)

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