Perenne Lacayo

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Febrero 02

Pisadas fuertes y agitadas que van dejando rastro en el barroso suelo del mercado de Urbarra, -¡detengan a esa ladrona! - gritaban los guardias que corrían tras Neville, -Maldita descarada infame, cría irrespetuosa- dijo una señora que en el piso cubierta de barro se encontraba tras ser derribada por la joven ladrona que lograba huir victoriosa, el viento le golpeaba la cara mientras se alejaba del mercado que recientemente había saqueado, se apresuraba a alcanzar a un carretero.

-!Señor, señor detenga su carreta por favor!

el señor que conducía el humilde vehículo cargado de pacas de paja se detuvo con celeridad.

-Me dejaría lo más cerca del valle de Barcelott, claro... si eso no le genera inconvenientes.

el viejo arriero hizo una seña para que Neville se acomode en la parte trasera entre paja y carbón, pues era tan joven y de prendas pobres que no dudo en hacerle un favor que no costaría nada, después de todo Barcelott quedaba algo lejos y el camino que seguiría dejaría a la desconocida joven cerca de su destino; Neville dio las gracias he hizo una pequeña reverencia algo que el viejo conductor encontraría raro pues él era nada más y nada menos que un simple campesino, El señor agitó las riendas y echó a andar el caballo.

- ¿Cuál es su nombre? dama, y ¿por qué está tan lejos de su hogar?, pude asumir que no es de aquí porque, la vi algo desorientada.

- Me llamo Neville señor ¿y usted? Es muy observador, efectivamente no vivo aquí, me encontraba en el mercado Urbarra, es el mercado más grande y cercano a Barcelott, en Barcelott no tienen nada más que frutas y verduras locales, y si le soy sincera necesitaba cosas valiosas que solo podría encontrar aquí para revender.

-Un gusto Neville puedes llamarme Señor Vimond o simplemente Obed; veo que eres muy habladora, la verdad no me molesta, hace mucho no tenía compañía en un viaje tan largo, supongo que me hará bien echar humo por los oídos de tanto escucharte hablar.

Neville soltó una carcajada y le preguntó al señor Vimond hacia dónde se dirigía.

- Ahora me dirijo hacia Loflares, Ahí haré la última entrega de carbón y paja, aunque, mi hogar queda con mi familia en Lutoría, cerca de Loflares- contestó Obed

-Cuénteme, Obed, si no es mucha indiscreción llamarlo por su nombre a secas, platiqueme de su familia, siempre me ha interesado saber más allá de lo que muestran los mortales, como dicen muchos, la familia es la ventana al alma. pronunció con sabiduría la joven erudita.

-¿Mi familia? es algo extensa esta conversación, tengo ocho hijos, bueno, muchos dicen que solo siete, mi hijo, Thomas, se ahogó en el lago congelado cuando tenía tan solo siete años recién cumplidos, fue devastador aún más para mi que para mi esposa, aún llevo su foto colgando de mi cuello, Rosarhia, mi esposa, pareció olvidarlo rápido, pues cuando Tommy falleció estábamos esperando nuestro ahora cuarto hijo, mi mujer se concentró en su embarazo, para que nuestra criatura no salga enferma, pero yo sigo recordando a Thomas, día tras día y noche tras noche me llenó de martirio y culpa pensando en que lo pude salvar, si tan solo hubiera estado con él esa tarde, si no lo hubiera dejado solo tal vez estaría conmigo, acompañándome en este viaje, fue el único de mis ocho hijos que tenía los ojos celestes como el cielo, tal y como yo-sus ojos se cristalizaron, la pérdida de la familia tan repentinamente no es algo que se supere tan fácil para aquellos que aman con sinceridad, una vez Obed Vimond logró sacarse ese peso de culpa y melancolía de encima aclaró su voz con un garraspido fuerte pero que demostraba su debilidad porque amaba con nostalgia y rencor, hubo un silencio espeso pero no tedioso.

-¿Cómo es que se vive con eso?- preguntó sin mucha discreción Neville y agregó-sin duda Señor Obed, con tan solo esas palabras me logró demostrar lo fuerte que es, y aunque no lo conozca, quiero hacerlo, si se pregunta por qué, la respuesta es sencilla, quiero ser como usted; ahora, cuénteme sobre sus otros hijos y sobre su esposa ¿Rosarina?

Acuerdo Arcano-Las tres guerras de AsturinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora