Impías Letras

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Abril 28

es claro que para huir necesitamos dinero, comida y ropajes de cambio- mencionó Fayve dirigiéndose a Neville

Puedo conseguir comida e incluso la ropa, sábanas y objetos útiles, tengo contactos para que cosas como los mapas, brújulas y otras cosas nos salgan más a cuenta, pero... sabes que no soy alguien que consiga dinero fácil-Contestó la misma

Soy alguien de principios estables, y estoy en contra de robar-dijo la pelirroja antes de continuar-pero podría sacar algo de dinero de la oficina de mi padre, tiene su caja fuerte y hasta diamantes costosos, tiene tanto de ambos que no se dará cuenta de lo faltante, siempre presume que ha perdido la cuenta del dinero del día a la hora de la cena, pero Neville, ¿hacia dónde vamos?

hubo un silencio antes que Neville respondiera, dejaba clara toda la incertidumbre

No se... pero te prometo que juntas lo descubriremos, ahora, preocupémonos de lo importante, como sobrevivir afuera, y conseguir el dinero necesario, con un solo diamante tendríamos la vida resuelta- concluyó la joven mestiza

solo hay un problema, la llave de la oficina- tomó aire y continuó-Mi padre la mantiene cerrada, le preocupa que los sirvientes hurten, pero...la mantiene abierta cuando él está dentro, tendré que buscar la manera de rebuscar en sus cajones con él estando cerca.

Ya era hora de que cada una volviera a sus hogares, Neville se acercó a Fayve y se despidió de ella con un cálido beso en la comisura de los labios, se sentía en la electricidad la tensión y preocupación por el futuro.

una vez la joven Altaner ascendió por las puertas de su masía, la recibe una de las criadas de la familia, le ofrece llevar su abrigo al guardarropa a lo cual la joven condesa accede, instantáneamente después dejar su costoso abrigo de piel en las descuidadas manos de su criada preguntó acerca de su padre.

en su oficina, señorita Fayve, si gusta puedo ir a avisarle al Señor sobre su pronta llegada- contestó

la respuesta fue tenebrosamente útil, a lo que la primogénita Altaner contesta.

No se preocupe Bernice, iré yo misma.

Fayve se apresuró a subir las escaleras finas de madera en dirección a la oficina de su padre.

Fayve Cariño, ¿cómo estas? que tal te fue en tu paseo matutino, espero no sigas indispuesta, ven acércate, estaba esperando tu llegada, quería darte un regalo-

Fayve saluda con una sutil sonrisa a su progenitor quien de uno de sus bolsillos saca un collar con una piedra calipso, la piedra brillaba genuinamente debido a los reflejos del sol, que se escabullían entre las cortinas posadas en las ventanas de finos marcos, Fayve quedó atónita ante el resplandor de dichosa joya, se acercó con pasos finos directo a tocar la alhaja que de las manos de su padre colgaba.

Padre... no tenías porque, es bellísima-exclamó con conmoción.

Claro que tenía porque, eres mi hija mayor y algún día serás dueña de toda la empresa y riqueza familiar, esta piedra es muy especial Fayve, más se lo qué crees, pero mis espías me han dicho que te ven seguido en el pueblo, rodeada de Voids y Gens, no puedo permitir que te sigas mezclando con esos corrompidos seres llenos de mugre y plagas, por eso si aceptas este regalo, es con la condición de que no vuelvas a pisar el mismo barro que esos subordinados lacayos

contestó el señor Altaner con algo de desprecio en las últimas palabras.

¡No voy a permitir que te dirijas de tal manera a ellos!

interrumpe Fayve con aversión y exalto, prosiguió

La gente del pueblo es igual a nosotros padre, no puedes simplemente referirte a ellos como si de algo maldito hablaras.

Acuerdo Arcano-Las tres guerras de AsturinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora