"Cariño, quiero decir que eres mía ahora. No voy a permitir que salgas de mi vista. Te voy a cuidar, voy a protegerte"
¿La debilidad del rey de la mafia?
¿Jeon tiene sentimientos?
Mis tareas las hacia en una pequeña computadora controlada por Nam, constantemente preguntaba por Jungkook pero sólo decia que estaba ocupado y me enviaba saludos. La computadora sólo tenia un navegador y nada más
Jungkook, por ejemplo, nunca me dejaba entrar a su despacho. Siempre estaba cerrado con llave, y cuando le preguntaba por qué, solo decía que eran "cosas de trabajo". Al principio pensé que simplemente no quería que me aburriera con asuntos aburridos de negocios, pero la forma en que lo decía, tan cortante y sin mirarme a los ojos, me hacía pensar que no era solo eso.
Luego estaba su celular. Me lo prestaba cuando necesitaba buscar algo o hacer tareas, pero siempre había límites. Nunca me dejaba usarlo más de unos minutos, y cuando lo hacía, ya había cerrado todas las aplicaciones que no fueran necesarias. Solo me dejaba acceso a lo básico: navegador, calculadora, notas... Nada más. A veces, si tardaba demasiado, aparecía a mi lado, casi como si hubiera estado observando cada movimiento.
Jungkook: ¿Terminaste?
Me preguntaba en un tono que parecía casual, pero que tenía un toque de urgencia.
____: Casi
Le respondía, intentando no sonar demasiado nerviosa.
A menudo se quedaba ahí, parado, hasta que le devolvía el teléfono. Y cuando lo hacía, lo tomaba con rapidez, como si no pudiera esperar ni un segundo más.
Lo mismo pasaba con su laptop Y tablet. Nunca me dejaba usarla sin que él estuviera cerca, y si me la prestaba, siempre había algo desactivado o restringido. No podía acceder a correos, ni a archivos importantes. Era como si estuviera controlando cada cosa que yo tocaba, cada página que visitaba. Tal vez tenia miedo de sus documentos
Y la situación en la escuela tomó otro rumbo, aquellas chicas que me miraban mal. pensé en hacer una amistad con ellas pero...
Un día cerca de la cafetería pasaba cuando una me llamo
Hyeri: Oye, ¿tienes algo de dinero?
Tratando de ser amable, asentí y saqué un billete de mi bolso.
Nayeon: ¿Podrías prestarnos un poco?
Dijo otra, mientras las demás se acercaban, rodeándome. Antes de que pudiera siquiera contestar, una de ellas me quitó el dinero de las manos.
Hyeri: ¡Gracias!
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Dijo la primera, riendo, mientras las otras la seguían
Me quedó quieta, sin saber qué hacer. Había querido ayudar, pensando que tal vez esas chicas lo necesitaban. No dije nada, sólo me quedé en silencio y esperé que se alejaran.
Sin embargo, eso no fue un incidente aislado. Al día siguiente, en el receso, las mismas chicas se acercaron de nuevo.
