Piratas

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El clima era cálido como usualmente.

Los rayos del sol le besaban las mejillas y el aire que llevaba el aroma del mar le revolvía los cabellos.

Haruka caminó por las calles empedradas, el mercado estaba lleno y la gente iba de un lado a otro por los puestos, carpas y carpas de comerciantes se veían por la avenida principal, pintando de diferentes colores la calle.

Se secó con el dorso de su mano la frente y con la otra sostuvo contra su cadera el cesto de vegetales y frutas.

Llegando a casa prepararía un estofado con carne, papas y zanahoria.

Saludó a un mercader y compró un poco de queso fresco.

——

Entro a su casa y dejo las cosas en la cocina, luego prosiguió a lavar las frutas y vegetales , dejándolos sobre un paño de tela para que se secaran.

Caminó a un pequeño espejo que tenía en su entrada y se arregló un poco. Su cabello negro iba algo despeinado, algunas hebras habían salido de su lugar por lo que ajustó la bandana que llevaba sobre su cabeza.

Su hogar aunque pequeño , era acogedor por lo que prosiguió a seguir con su rutina del día y limpiar un poco .

———-

Esa noche se encontraba dormida plácidamente, descansando entre suaves mantas y la ventana abierta para refrescar todo un poco.

Sería media noche cuando escucho el estruendo de las campanas.

Fue el ruido lo que la despertó. Las campanas de aviso sonando fuertemente . Se puso de pie y se asomó por la ventana.

La gente bloqueaba sus ventanas y escuchaba el sonido de cómo cerraban puertas seguramente poniendo muebles contra ellas. Y entre las antorchas que alumbraban las calles lo vio.

Como una sombra que avanzaba sobre las olas, grande he imponente.

Un barco pirata.

Haruka  contuvo el aire un momento antes de cerrar la ventana y correr a donde tenía que hacerlo.

En el primer piso y debajo de una alfombra había una puerta. Esta daba a un pequeño escondite, un búnker diseñado para esto. Solo una vez en su vida habían llegado piratas. Su isla no tenía mucho que les atrajera, no había minas, mucha riqueza, y además estaba alejado de las rutas.

Seguro era un barco que había sido sacado de su ruta y debían de estar buscando saquear provisiones antes de volver.

Como mujer, llevaba una desventaja. Solo por serlo la vida le había lanzado en su cara más peligros que a un hombre . Así que entró en el escondite poniéndose a salvo.

———

Miró el techo mientras en silencio escuchaba el caos que había llegado a la isla. Cosas rompiéndose, gente gritando. Se tapo la boca para no hacer ruido por las cosas horribles que estaba sintiendo.

Y luego, los escucho llegar a su casa. Forzaron la puerta principal a patadas y escucho varios pasos.

Todo su cuerpo temblaba como papel mientras los escuchaba arriba, pidiendo en silencio que entre la oscuridad no vieran la pequeña puertita en el suelo, una madera apenas imperceptible.

Todo estará bien, no notarán la ranura. La puerta apenas se ve. Se repitió.

Los escucho destrozar su casa, abrir y vaciar cajones tirando lo que no les servía .

- No hay nadie aquí - escucho a uno decir- podríamos tomar lo que queramos y seguir .

- La cama estaba destendida, había alguien aquí- dijo otra voz-

OCEAN EYES | Satoru x Oc | AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora