Capitulo 5

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Narra Blair

Después de unas horas de camino:

- Ya me puedes dejar aquí - expresé con los brazos cruzados.

- Ni en sueños, nena, te dejaré en tu casa, te guste o no - decía él sin desviar la mirada de la carretera.

- ¡Ni de coña, tío! ¡Para el auto ya! - exclamé, tomando mi tacón y amenazándolo con la punta puntiaguda.

Él paró el auto de un frenazo.

- Ostras, Blair, ¿estás loca o qué? - decía él, masticando chicle sin miedo a que le hiciera daño.

- ¿Acaso me estás subestimando? - respondí acercando el tacón a su rostro. - No sabes lo que es capaz de hacer una mujer cuando se siente presionada.

- Inténtalo, nena, que te quedarás sin zapatos - replicó él.

- Eres un... - moví el zapato hacia su cara, pero él detuvo mi brazo con su mano justo a tiempo para que no le llegara la puya del tacón a su cara. - Gilipollas.

- Cuidado, un movimiento en falso y este capullo, como me llamas, te enamorará. Eres muy terca, pero no tienes el valor suficiente para herir a una mosca - dijo mirándome directamente a los ojos, aún sosteniendo mi mano.

- No me retes porque tu merecido te llevarás. Podrás engatusar a otras chicas, pero conmigo el tirón te salió por la culata - logré liberar mi brazo de su mano y el tacón volvió a su sitio. Desgraciadamente, me quedé con las ganas de ver la puya del zapato en uno de sus ojos verdes y arruinarle por completo. - Llévame a mi casa si lo arras.

- Finalmente callas... - decía él reincorporándose a la carretera.

-

Narra Dahpne

Nada más que llegue a casa, me di una ducha y me puse mi pijama. Le dije a Indi que se quedara conmigo; quería conversar con una amiga. Mi abuela no me entendería.

Estaba sentada en la punta de la cama peinándome el cabello, recién salida de la ducha, mientras Indi leía uno de sus libros.

- ¿Qué tan concentrada estás, tía? - dije dejando el cepillo a un lado y sentándome junto a ella.

...

- Indi, te estoy hablando - insistí, ya que ella no levantaba la cabeza de su libro.

- Ay, perdón, no te escuché - dijo cerrando el libro y poniéndolo encima de la mesita de noche.

- Cuéntame, Indi, ¿qué le hiciste a Rubí? - pregunté, ya que ella no me había contado lo que pasó.

- Si te cuento, no me crees. Pues cuando todos se fueron de la entrada del baño, la tomé del pelo y la llevé a la tarima de la discoteca. Grité desde el micrófono que esta tía se andaba ligando al novio de una de sus amigas. Todos lo oyeron y se enfadaron con Rubí. Le dijieron muchas cosas y se pelearon con ella. Cuando eso pasó, ustedes estaban fuera de la disco, por eso no se dieron cuenta de lo sucedido - explicó Indi con determinación. Jamás ni en una pesadilla me hubiera imaginado que ella hiciera algo así.

- No tengo palabras, Indi. Nunca me imaginé eso de tu parte. Pero me lo ahorraste; muchas gracias, te debo una. De todas maneras, ella me va a oír - dije.

- Ella no tendrá más ganas de joderte, te lo aseguro - Indi me guiñó un ojo y siguió leyendo el libro.

Definitivamente, mis amigas cada día me sorprenden más...

- Hablando de amigas, Indi, no hemos llamado a Blair; debe estar muy molesta.

- En ese caso, llama a Jack; él te dirá si la dejó en casa - expresó Indi.

"Inevitablemente Enamorados"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora