Capítulo 41

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Rebecca empujó la puerta con ansiedad, pero se detuvo en seco cuando vio que las luces estaban apagadas, con solo las luces de fondo encendidas. Al lado de la cama había una botella de vino y dos copas sobre la mesa. En la habitación sonaba música lenta, no muy alta.

-Faltan tres meses hasta que cumplas veintiún años -dijo Freen, envolviendo sus brazos alrededor del cuerpo de la niña por detrás y apoyando su barbilla en su hombro-. Y pediste un voto de confianza, así que compré vino para beber.

-¿Puedo emborracharme? -preguntó Rebecca y Freen se rió-.

-Prefiero que simplemente lo pruebes, no quiero que nuestra primera vez sea donde una de nosotras esté borracha -dijo Freen, depositando un beso en el cuello de Rebecca antes de apoyarse contra la puerta y tirar de la mano de Rebecca, haciéndola sentarse en la cama mientras abría la botella y llenaba dos vasos-.

-Ling dijo que es fuerte. ¿Es verdad? -preguntó Rebecca cuando vio a Freen pasarle un vaso y sentarse a su lado-.

-Para los que nunca han bebido, sí, entonces bebe despacio y si no te gusta, no bebas más -dijo Freen, quitándose los tacones de su pie antes de chocar su vaso contra el de Rebecca y sonreír-. Un brindis por nosotras.

-Un brindis por el amor que sentimos -dijo Rebecca y Freen sonrió, dejando un suave beso en el hombro de Rebecca antes de llevarse el vaso a la boca-.

-¿Y qué tal? -preguntó Freen cuando vio a Rebecca tomar un sorbo-.

-Es dulce -dijo Rebecca, tomando un gran trago después de decir eso-.

-¡Oye, más despacio! -dijo Freen al ver a Rebecca asentir-.

-Perdón. ¿Ya dije que estoy nerviosa? -dijo Rebecca sonriendo débilmente y Freen suspiró, quitando los vasos de sus manos y dejándolos en la mesa a su lado-.

-No tienes por qué estarlo -dijo Freen, girándose para mirarla y tomando su mano, plantando un beso en los labios de Rebecca-.

-Es que tú ya lo has hecho y yo no -dijo Rebecca nerviosamente-. Y eres tan hermosa. Dios, Freen, eres tan hermosa -Freen sonrió y lentamente acarició su rostro-. Y no sé qué decir cuando haces estos pequeños gestos y mi corazón late así.

-¿Qué tal si no dices nada? -sugirió Freen, inclinándose y mirándola directamente a los ojos-. Rebecca simplemente asintió y Freen luego tocó sus labios con los de Rebecca. Su mano volvió a acariciar el rostro de su novia y luego Freen se movió, inclinándose a los pies de Rebecca para quitarle los tacones.

La intensa forma en que Freen la miró y la posición en la que se encontraba le hizo, automáticamente, recordar la primera vez que se excitó, cuando Freen le había masajeado hábilmente los muslos. Esa chica tenía manos suaves y un tacto delicado, lo que hizo que Rebecca vibrara por dentro al recordar eso.

La pelinegra se levantó y le tendió ambas manos a Rebecca, quien rápidamente las tomó y se puso de pie, mirando a Freen de arriba abajo.

-Te amo -dijo Freen antes de descansar suavemente sus labios sobre los de Rebecca y mover sus manos hasta el dobladillo de su vestido-. ¿Estás segura de que quieres esto?

-Lo estoy -respondió Rebecca, sintiendo a Freen comenzar a levantar el vestido por su cuerpo antes de arrancárselo de una vez por todas-.

Rebecca no se sintió avergonzada, al contrario, se sintió aún más ansiosa. Sus ojos se posaron en el vestido de Freen, como una súplica silenciosa para que se lo arrancara del cuerpo.

Freen entendió la petición silenciosa y pasó sus manos por su cuerpo, agarrando el dobladillo antes de quitárselo lentamente. A pesar de las luces tenues, Rebecca pudo ver todo claramente y jadeó sin darse cuenta de que Freen no llevaba sujetador.

En un parpadeo [FreenBecky] [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora