Rebecca escuchó la bocina y sonrió, sabiendo que era Freen. Miró por la ventana sólo para ver el auto azul oscuro y confirmar sus sospechas.
-¡Llegó Freen! -gritó Rebecca-.
-Llévale algunas barras de cereal -gritó Rawe desde la cocina-. Sale de su casa a trabajar todo el día y ni siquiera come, la pobre.
-¡Bien! -gritó Rebecca, tomando algunas barras de cereal del frasco que estaba sobre la mesa de la sala y saliendo corriendo-.
-Buenos días mi amor -dijo Freen sonriendo tan pronto como Rebecca abrió la puerta y se sentó en el banco-.
-Hmmm -dijo Rebecca al sentir el beso de Freen-. ¡Buenos días! -dijo Rebecca con una sonrisa-. La señora Rawe pidió traerle barras de cereal.
-¡Qué delicia! -dijo Freen sonriendo al ver a Rebecca ponerlos en la guantera-. Dale las gracias de mi parte.
-¡Ey! ¿Ni un gracias? -preguntó Rebecca y Freen se rió-.
-Gracias amor -dijo Freen y Rebecca suspiró-.
-De nada -dijo Rebecca sonriendo-.
-¿Merezco un beso? -preguntó y Freen asintió-.
-Te mereces todo... -dijo Freen, inclinándose y tomando los labios de Rebecca en un suave y afectuoso beso-. Ayer estaba preocupada por tí -dijo Freen mientras terminaba el beso y Rebecca acariciaba el rostro de su novia-.
-Me distraje, lo siento.
-No te preocupes por eso. Tengo una súper noticia.
-¡Dilo, dilo! -dijo Rebecca emocionada y Freen se rió de su entusiasmo-.
-Tengo el día libre que me pediste hace unos días y puedo pasar el día entero enseñándote a conducir o lo que sea, contigo -dijo Freen sonriendo y Rebecca sonrió abiertamente, pero su sonrisa comenzó a morir lentamente-.
-Joder, hoy hice una cita con Heidi, lo siento -dijo Rebecca-.
-Oh...
-Puedo cancelarlo -dijo Rebecca al ver que Freen se había puesto triste-. Fueron solo unos libros tontos, el otro día yo...
-No -la interrumpió Freen-. Ven aquí -dijo bajándose del auto y sentándose en el asiento trasero del mismo-. Rebecca imitó el acto y cerró la puerta. -Aquí puedo abrazarte más cómodamente -dijo tomando a Rebecca en sus brazos-. Entonces, no hay necesidad de cancelar, mereces divertirte, has pasado por mucho.
-¿Estás segura? -preguntó Rebecca, depositando un casto beso en el cuello de Freen antes de inhalar su perfume-.
-Sí, quieres ir, ¿no?
-Sí, pero tú...
-Es bueno para tí relacionarte con gente de nuestra edad.
-Entonces ¿por qué veo en tus ojos que estás triste? -preguntó Rebecca y Freen suspiró, mirándola-.
-A veces soy un poco tonta.
-No, Freen. No lo eres.
-No te voy a mentir que estoy un poco celosa de ella -confesó Freen-.
-Freen, ella es solo mi amiga -Freen sonrió y asintió-.
-Lo sé amor. Confío en tí con los ojos cerrados -dijo Freen, colocando un beso en los labios de Rebecca-. Es que no estoy acostumbrada a compartir tu atención y ella te mira diferente.
-¿Diferente cómo?
-Con ganas -dijo Freen-. Pero podría estar todo en mi cabeza. Sólo... necesito que sepas que confío en tí.
-Y yo en tí -dijo Rebecca y Freen sonrió-. Te amo.
-¿Mucho? -preguntó Rebecca y Freen se rió-.
-Mucho.
-Freen, ¿sabías que Heidi tiene una colección de libros? Los usó cuando me enseñó y, vaya, dijo que me los prestaría si quería.
-Realmente amas los libros, ¿no? -preguntó Freen riendo y Rebecca asintió-.
-Estaba pensando en empezar a escribir -dijo Rebecca y Freen abrió la boca sorprendida-.
-¿Una novia escritora? Argh, tengo mucha suerte -dijo Freen sonriendo y Rebecca se rió-.
-Nadie me conocerá, pero me gusta mucho ese universo -dijo Rebecca y Freen asintió-.
-Van a conocerte y voy a hacer carteles sobre tus libros y los pegaré en cada rincón de ese hospital, si es necesario -dijo Freen y Rebecca apoyó su cabeza en el hombro de su novia-.
-Siempre me has apoyado -dijo Rebecca en voz baja-. Gracias por creer siempre en mí.
-Te agradezco por creer en tí misma. Nunca dejes de creer que puedes hacer realidad tus sueños -dijo Freen y Rebecca asintió, quedándose en silencio-. ¿Quieres tus clases en el tiempo que aún tenemos?
-No -dijo Rebecca, levantando la cabeza y mirándolo-. Pensé que no vendrías a esta hora y quedé con ella en treinta minutos. Prefiero aprovechar el tiempo que tenemos y salir un rato.
-Bueno, entonces saldremos un rato y te llevaré hasta allá -dijo Freen y Rebecca asintió, cerrando los ojos cuando sintió los labios de Freen tocar los suyos-.
-Extrañaba tus besos -murmuró Rebecca y Freen mordisqueó el labio inferior de la chica, profundizando el beso al momento siguiente-.
Rebecca hizo lo que amaba hacer y se subió al regazo de Freen con una pierna a cada lado del cuerpo de la pelinegra, acercando aún más sus cuerpos. Sintió las manos de Freen en su espalda baja y abrazó el cuello de la castaña, sintiendo su pecho explotar de emoción. Amaba a esa chica con todo lo que tenía.
-Freen... -Ilamó Rebecca con su boca aún en la de Freen-. Quiero volver a hacerte el amor... -susurró, sintiendo a Freen mordisqueando su lóbulo de la oreja y jadeando contra ella-.
-Tienes un compromiso -dijo Freen y Rebecca tomó la mano de Freen y la bajó entre sus piernas-.
-¿Podemos hacerlo aquí? -preguntó Rebecca y Freen gimió suavemente, frotando la intimidad de Rebecca y en consecuencia la suya propia-.
-¿Estás segura? -preguntó Freen, acariciando la entrepierna de Rebecca a través de la esquina de sus pantalones cortos-.
-Sí... -dijo Rebecca, rodando lentamente sobre la mano de Freen-.
El tono de su celular sonó y Rebecca resopló, ignorándolo, pero el ruido era fuerte e insistente, por lo que Rebecca silenció la llamada.
-Podría ser importante... -dijo Freen sin dejar nunca de acariciar la intimidad de Rebecca, cuando el celular volvió a sonar-.
-¿Entonces respondo muy rápido y continuamos? -preguntó Rebecca y Freen asintió-. ¿Hola? Ya estoy en camino, no tardo... Nos vemos, besos.
-¿Nos vamos? -preguntó Freen y Rebecca asintió-.
-Nos besamos más de lo que imaginaba -dijo Rebecca riendo y Freen asintió, moviéndose hacia el asiento delantero después de darle un beso a Rebecca-.
-¿Quieres que te recoja? -preguntó Freen apenas llegaron frente a la casa de Heidi.
-No es necesario -dijo Rebecca, inclinándose y dándole un largo beso a Freen-.
-¿Realmente vas a estar bien?
-Estaré bien. Te amo.
-También te amo. Diviértete -dijo Freen antes de que Rebecca saliera del auto-.
Suspiró y miró por el retrovisor mientras la mujer le daba un largo beso en el rostro a Rebecca.
No le gustaba Heidi, no confiaría en ella ni en un millón de años, pero confiaba en Rebecca y supuso que eso debería ser suficiente...
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En un parpadeo [FreenBecky] [Adaptación]
FanfictionRebecca Patricia Armstrong tenía sólo seis años cuando sus padres decidieron tomar sus famosas vacaciones familiares. Iban a Londres, pero el destino fue cruel, ya que un camión fuera de control se estrelló contra el automóvil en el que viajaban al...