Estando contigo la navidad es más bonita.
El cielo brilla más las luces me parecen agradables.
Y el frio se vuelve cálido.
Pero se que no te podré tener mucho tiempo, porque te iras.
Entonces déjame vivir una vida contigo que se acabará cuando tomes tú destino.
Iwa escribía sin parar desde que llegó Oikawa a Japón, el era su musa.
En una navidad normal la gente se emociona pero en una navidad como está Iwa estaba ansioso porque su deseo de navidad se cumpliese.
Pero algunas cosas son imposibles.
Oikawa sacudió las botas y entró en la casa de Iwa.
Hola, amor. ¿Otra vez estás escribiendo?
Si, ahora es mi nuevo hobby.
Me parece bien.
Oye por cierto, con que familia vamos a comer la cena de navidad con la tuya o con la mía.
Había pensado en juntar a las familias y comer todos juntos
Eso es genial, de verdad.
Si tu sigue escribiendo yo me encargo de todo.
Gracias amor.
Paso la tarde muy rápido y pronto llego la noche de navidad.
Después de la cena tenían como tradición darse sus regalos.
Lo celebraron en la casa de Iwa ya que era la casa más grande.
Oikawa y Iwa eran los únicos en la casa porque Oikawa estaba decorando y ayudando a la madre de Iwa a cocinar.
Los hermanos de Iwa y su padre estaban de excursión, ellos todavía no habían visto a Oikawa.
Abrieron la puerta y se abalanzaron todos sobre Oikawa.
Le besaron, le sacudieron y le abrazaron.
Por fin estas aquí te he echado mucho de menos.
Decía Haru el hermano pequeño que estaba perdidamente enamorado de Oikawa.
Yo también te he echado de menos pequeñín.
Ya no soy pequeñín, he crecido.
Calla, Haru que Oikawa nos ha venido a ver a nosotras.
Decían las hermanas mellizas de Iwa mientras abrazaban a Oikawa.
Chicos os va a encantar los regalos que os he comprado.
¿Son de Argentina?
Si, pero algunos los he comprado aquí.
Bueno ha sentaros que voy a servir la cena.
Todos nos sentamos, yo al lado de Iwa su hermano mayor a mi otro lado, su prometido a su izquierda.
Nuestros padres en frente y los niños en otra mesa al lado.
Todos los adultos empezaron a beber, menos Iwa y yo no nos gustaba el sabor.
Comimos la comida más rica que he probado nunca, además les enseñe a hacer una chocotorta.
Traje la mía hecha para que la probarán y les encantó.
Cuando terminamos empezó la hora de los regalos di los regalos uno por uno.
A la madre de Iwa y a la mía les di unas cremas.
A nuestros padres un neceser.
A las mellizas les di dos muñecas y a Haru un micrófono y unas plastilinas.
A su hermano mayor le regale una camisa y a su prometido un libro de recetas.
Llego el turno de Iwa, nos miramos los dos.
Estábamos arrodillado uno enfrente del otro.
Y intercambiamos regalos.
Me susurró.
No lo leas ahora, pero ábrelo.
Abrí el regalo y era un libro de poemas escrito por el y una bufanda igualita a la que el llevaba cuando le pedí que fuera mi novio.
Le mire, la verdad que la navidad me da mucha nostalgia pero esto me supera.
Se me cayeron las lágrimas de felicidad.
Le di mi regalo, que tenia que ver con el suyo.
Le regale un set de escritores principiantes para que no le costase escribir, dentro iba una de las cartas que le hice cuando estaba en Argentina.
Nos volvimos a mirar y le pregunte.
¿Te puedo besar?
Y me dijo.
Si puedes.
Nos dimos un mini beso antes de que los niños nos separaran.
Cuando tuve un momento fui al baño y me llevé mi regalo conmigo, para leerlo aunque Iwa me insistió que no lo leyera ahora.
Abrí el libro y ponía.
Mil cosas por las que te echo de menos.
Te echo de menos cuando voy a la escuela sin tus besos.
Te echo de menos cuando me respondes que ya nos veremos.
Te echo de menos cuando por las noches ya no te duermes primero.
Te echo de menos cuando oigo tu voz, pero estas lejos.
Te echo de menos cuando pienso en todo lo que hemos hecho.
Como esas eran muchas frases que llenaban el libro, pero no todas eran tristes sino melancólicas.
Supongo que así se sentía Iwa cuando yo estaba en Argentina.
Me puse a llorar en el baño, pensando si de verdad valía la pena haberme ido o si valía la pena volverme a ir.
Salí del baño con los ojos un poco hinchados.
Y Iwa me abrazo.
He visto que te has llevado el regalo.
Perdón, Iwa si te he hecho sentir así.
No te sientas mal, yo te he entregado mi corazón y no me importa si se rompe un poco.
Si importa porque yo me he sentido igual en Argentina.
Y falta menos para estar contigo toda la vida y no separarnos.
Después de decirme eso continuamos de fiesta hasta que nos cansamos y fuimos a mi casa.
Volví a dormir bien junto a Iwa ya no sentía ese espacio vacío.
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No somos nada~Oikawa x Iwaizumi
RomanceIwaizumi no se lo digas a nadie. El que? Que te amo. Oikawa mentir es la manera más fácil de conseguir lo que quieres y no tener culpa