Iban ya en la salida, ella por alguna razón iba sola. Él iba con sus amigos, sin darse él cuenta de que ella iba a una pequeña distancia de él; de pronto el volteo hacia atrás y la vio. Para su mala suerte de ella, él ya no la recordaba. Ellos comenzaron a platicar, de cosas tan rutinarias: ¿En que grado vas? ¿Por dónde vives? etc. En alguna de esas preguntas ella dijo -¿Te acuerdas cómo te conocí?- No contestó. -Bien, creo que eso es un no- Dijo ella.
En la muestra pedagógica, te dí un puñetazo, ¿Recuerdas? Dijo riendo. ¡Ah! Eras tú, creo que ahora te recuerdo.
Siguieron caminando y platicando hasta llegar a cierta calle donde se separaban, ella le dijo dónde vivía y él a ella, ninguno de los dos se entendieron, como era de esperarse se despidieron y cada quien tomó su camino hacia sus casas.
Ellos dos entendían que fue una forma muy estúpida y rara de conocerse, que no era común que la gente se conociera así, pero, en fin los días pasaban y ellos hablaban cada vez más de lo que les gustaba y de lo que no, cada vez pasaban más tiempo juntos, compartían cosas y hábitos raros juntos. Se llevaban muy bien. Gran parte de los recesos los pasaban juntos y con sus amigos.
Ella sabía muy bien lo que sentía hacia él (O por lo menos creía saberlo), pero por obvias razones no sabía lo que él hacia ella sentía. Dentro de ella corrían sus emociones más y más. Pero ¨Sabía¨ocultarlo (Solamente para ella).
¡Diablos!- Decía ella. -No puede ser que me guste tanto en tan poco tiempo. Es estúpido pensar eso. Tal vez es pasajero.- Pensaba.
Algunos de sus amigos decían que le dijera lo que sentía hacia él. Pero ella lo dudaba tanto. Hasta cierto día en que sólo lo dijo. -Me gustas, y no sé que más decir.*Risita nerviosa y estupida.
-Ehm... ¿Vamos a la cooperativa? Ja- Dijo él.
