VI

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Llevábamos unos diez minutos de camino a un hotel cuando le pedí a Michael que parara.

"¿Qué pasa?" Me miró.

"Te estás quedando dormido." Dije y él negó con la cabeza.

"Estoy bien." Aseguró, dispuesto a arrancar el coche otra vez.

"Michael, estoy dispuesta a dormir en el coche si eso nos salva de morir en un accidente por quedarte dormido conduciendo." Contesté.

"Vale.." Murmuró.

Michael aparcó en una explanada y los dos nos subimos a los asientos de atrás. Él se sentó y yo me tumbé, apoyando mi cabeza en su regazo, quedándonos dormidos poco después.

-o-

Abrí los ojos cuando noté a alguien jugando con mi pelo y vi que, efectivamente, Michael estaba jugando con mi pelo.

"Buenos días." Sonrió.

"Buenos para ti, estos asientos son una mierda, me duele la espalda." Murmuré y él rió.

"Un buen despertar, digno de una princesa." Dijo con sarcasmo.

"Cállate." Me quejé, levantándome de los asientos y sentándome sobre ellos.

"¿Estás preparada para la segunda ronda?" Preguntó él, abriendo el compartimento entre los dos asientos delanteros y dejando una pistola en mis manos.

"Sí." Contesté inmediatamente.

No quería que me volviera a ver en uno de mis momentos de debilidad como anoche.

"¿Estás segura? Esta vez habrá gente." Advirtió.

"Estoy 100% segura." Me costó decir.

"Ya.." Murmuró, obviamente, sin creerme.

"¡Lo digo en serio!" Dije molesta.

"Ya, ya." Insistió, saliendo del coche para entrar al asiento del piloto.

Yo suspiré e hice lo mismo, sentándome en el otro asiento y guardando la pistola en la guantera.

"¿Vamos?" Pregunté mientras él buscaba algo en otro compartimento del coche.

"Primero quiero que te tomes esto." Murmuró con una caja pequeña en su mano.

"¿Qué es?" Dije confusa y él sacudió la caja sobre su mano, haciendo que cayera una pastilla sobre ella.

"Tómatela." Me la dejó en la mano.

"¿Me vas a drogar?" Entrecerré los ojos y vi que él intentó esconder una sonrisa.

Seguramente se iba a reír de mí.

"Stella, tómatela." Insistió y yo la miré durante unos segundos antes de tomarla.

"¿Qué era?" Le pregunté.

"Un estimulante." Sonrió satisfecho, arrancando el coche.

"¡¿Me has drogado?!" Grité.

"No te preocupes, estas pastillas no son peligrosas." Aseguró.

"Sí, claro, ahora la droga no es mala." Dije con sarcasmo.

"Stella, así harás el robo con más facilidad." Insistió y yo suspiré, echando mi cabeza hacia atrás y cerrando los ojos.

"Siempre que me imaginé teniendo novio, nunca me imaginé que me fuera a drogar." Dije antes de poder evitarlo y me tapé inmediatamente la boca.

Esperaba que Michael no lo hubiera oído, pero cuando lo miré, estaba sonriendo de lado mientras miraba hacia la carretera y mordía su labio inferior.

Vale, Stella, ahora sí que la has cagado.

don't watch that video III // michael cliffordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora