Michael aparcó en el aparcamiento de una tienda de carretera y vi que en él habían unos cuatro coches más.
"¿Preparada?" Me miró.
Todo me daba vueltas, pero no estaba mal.
"Sí." Sonreí y cogí un pasamontañas del compartimento a mi lado.
Abrí la guantera y cogí la pistola.
"Vamos." Dije y salí del coche al aparcamiento vacío.
Pude ver que Michael sonrió y también salió del coche con un pasamontañas y una pistola.
Él me dio una mochila, quedándose él con la otra.
"Dame otra pastilla." Pedí.
"¿Qué? No vas a tomar más." Se negó rotundamente.
"¿Por qué?" Hice un puchero.
"Porque si tomas otra, luego querrás otra más, y eso es malo." Contestó.
"¡Eres tú el que me ha drogado!" Le recordé y me acerqué a él "Por favor.." Hice otro puchero, rodeando su cuello con mis brazos.
"Stella.."
"Michael." Lo imité.
"Sólo una." Advirtió. Yo asentí con la cabeza y sonreí como una niña pequeña a la que le acaban de decir que le van a comprar caramelos.
Me separé de Michael y él entró en el coche, cogiendo las pastillas y dándome una.
"Yay." Susurré y me la tomé "Vamos." Él me siguió a la entrada de la tienda.
Nada más entrar, Michael levantó la pistola y las cinco personas que estaban en la tienda, junto al dependiente, se pusieron a correr.
"¡De aquí no se va nadie!" Grité yo.
La gente se quedó paralizada y se intentaron esconder detrás de una estantería.
"Tráemelos." Murmuró Michael y asentí con la cabeza.
Me acerqué a ellos y los empujé hacia Michael, incluída a una niña de unos ocho años, la cual iba acompañada de su madre.
"Ve a por el dinero de la caja registradora." Ordenó y volví a asentir, mientras él les pedía a los clientes todo el dinero que llevaban encima.
Me acerqué al mostrador y vi al dependiente en el suelo, cubriendo su cabeza con sus manos.
"Venga ya, ya tienes una edad.." Murmuré y él levantó la cabeza "Ya estás levantándote y abriendo la caja registradora." Advertí apuntándole con la pistola.
Él se levantó asustado y marcó los números necesarios para abrir la caja.
"No me haga nada, por favor, tengo dos hijos preciosos y.." Empezó a suplicar el hombre con acento mexicano.
"Me importa una mierda tu vida, pero tranquilo, no tengo en mente hacerte nada." Aseguré metiendo todo el dinero, que era bastante, en la mochila mientras apuntaba al hombre "¡Listo!" Le grité a Michael.
"Vámonos." Me hizo una seña con la cabeza y yo lo seguí a la entrada de la tienda, corriendo hacia el coche.
Una vez dentro, los dos nos reímos y chocamos los cinco.
"¿Cuánto has conseguido?" Le pregunté.
"Sobre unos 90 dólares." Contestó "¿Cuánto había en la caja?" Esta vez preguntó él.
Yo abrí la mochila y miré el montón de billetes.
"Suficiente." Sonreí.
"Genial, nos tenemos que ir ya." Arrancó el coche y yo fruncí el ceño.
"¿Por qué?" Murmuré.
"Porque nos vamos del país." Contestó y, por un momento, pude jurar que todo el efecto del estimulante desapareció.
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don't watch that video III // michael clifford
FanfictionTercera parte de Don't Watch That Video. Michael Clifford fanfic. [by psychonovels] ADVERTENCIA: Novela corta.