Jenesis, como su nombre lo indica, fue el comienzo de algo, de todo. Una vez que probé su dulce esencia, supe que no habría marcha atrás. La obsesión se apoderó de mí con una fuerza implacable.
Ella sería mía.
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Me gusta pasar tiempo con los Weasley, siempre han sido amables conmigo, a veces, como hoy. Vengo a cenar con ellos, Ginny me invita bastante seguido, y yo gustosa vengo.
—El menor de los Malfoy va a casarse.–habla Ginny mientras estamos todos reunidos en la mesa.
Con eso me refiero: a todos los Weasley (a excepción de Charlie, Bill y su esposa), Hermione y Harry.
—¿Y quien es la desafortunada?–pregunta Hermione.
—Parece ser que... Astoria Greengrass.–respondo, y no se porqué se instala un sabor amargo al pronunciar su nombre.
—A Jenesis le toco escribir sobre eso, este lunes saldrá en el periódico.–murmura Ginny con una sonrisa burlona.
Odio hablar sobre los Malfoy, en especial de Draco.
—¿Es eso cierto, cariño?–pregunta la señora Weasley.
—Desgraciadamente.–respondo.
George suelta una pequeña risa baja, es raro verlo reír, al menos después de perder a Fred.
—Es solo una noticia, ni que fueras hablar con él.–Harry rueda los ojos y lo miro.
—Oh pero ahí no termina todo.–vuelve hablar mi quería amiga Ginny–. Es probable que Jenesis haga de periodista y tenga que entrevistarlo para el Profeta.
—Es poco probable.–digo enojada–. Además, no soy buena siendo periodista lo mío es escribir, obvio no voy a entrevistarlo, ni a él ni a su prometida.
—Aun existe la posibilidad.–sisea Ron riendo.
—Se entiende que Jenesis no quiera hacer ese trabajo, Draco Malfoy no fue precisamente amable con ella, ¿cierto Jenesis?–pregunta el señor Weasley.
No, claro que no.
Mi corazón se acelera al recordar mi tiempo en Hogwarts, especialmente ese año.
¡Joder no!
—No.–niego–. Fue un completo imbécil.
No pienso habla más sobre Draco Malfoy, así que no vuelvo a responder a nada. La cena transcurre mucho mejor ahora que ya nadie habla sobre ese estúpido rubio.
...
—Iré caminando.–sonrio a Molly quién no parece querer que me vaya a casa a pie.
—Mejor usa los polvos Flu.–sugiere el señor Weasley.
—No...–quiero negarme.
—No te gustan–termina por mi Ginny–. Pero es más seguro que ir por la calle sola.
Eso me hace recordar al incidente de hace una semana por la noche.
—Por favor, vete con polvos Flu.–pide preocupada Hermione.