capitulo 2

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Capítulo 2: El hallazgo

Un día más en la rutina

El sol brillaba intensamente sobre la ciudad mientras Alex Martínez se preparaba para un nuevo día. Aunque el sonido del despertador lo sacó de su sueño, su mente seguía aturdida por las emociones del día anterior. La confrontación con Marco y sus amigos había dejado una marca en él, y ahora sentía una mezcla de miedo y determinación. ¿Qué pasaría si intentaban vengarse?

Al salir de casa, Alex respiró hondo, tratando de calmar sus nervios. "Solo es un día más", se dijo. "Solo tengo que concentrarme en la escuela." Pero mientras caminaba, sus pensamientos giraban en torno al misterioso dispositivo que había encontrado. Ese objeto había cambiado su vida de maneras que aún no comprendía del todo.

La decisión de investigar

Después de clases, mientras sus compañeros se dispersaban, Alex tomó una decisión. Tenía que descubrir más sobre el dispositivo. Sabía que era peligroso, pero su curiosidad era más fuerte que el miedo. Al llegar a casa, se dirigió directamente a su habitación, su corazón latiendo con fuerza.

Bajo la cama, el dispositivo le esperaba, reluciente y enigmático. Al encenderlo, la pantalla se iluminó con gráficos vibrantes y símbolos desconocidos que danzaban en la pantalla. "¿Qué tienes para mí?", murmuró, mientras navegaba por las opciones.

Seleccionó "Acceso a información" y una nueva ventana se abrió. Palabras y gráficos llenaron la pantalla, y, por primera vez, Alex se sintió abrumado por la cantidad de datos. El dispositivo parecía tener un conocimiento infinito, pero también había algo más: una sección titulada "Entrenamiento físico".

La primera prueba

Sin pensarlo dos veces, Alex hizo clic en la opción. En ese instante, una oleada de energía lo atravesó, haciéndolo sentir más fuerte, más ágil. Sin poder contenerse, salió al jardín y comenzó a correr. Cada zancada lo hacía sentir como si volara. Se lanzó en dirección a la cancha de baloncesto cercana, donde se encontró con un grupo de amigos jugando.

“¡Alex! ¿Vienes a jugar?”, le gritó Miguel. Con una sonrisa, Alex se unió al juego, y para su sorpresa, fue capaz de driblar y lanzar el balón con una destreza que nunca había tenido antes. Sus amigos lo miraban con asombro.

“¿Desde cuándo te has vuelto tan bueno?”, bromeó Sara, mientras se pasaban el balón entre ellos. Alex solo se limitó a sonreír, disfrutando de la atención y el respeto que había comenzado a ganar.

El poder de ayudar

Con el tiempo, Alex comenzó a usar el dispositivo para ayudar a sus amigos en la escuela. Se convirtió en el tutor no oficial de sus compañeros, usando la información que obtenía para explicar conceptos difíciles y mejorar sus habilidades en diferentes materias. Poco a poco, su círculo de amigos se expandió. La popularidad que antes solo soñaba, ahora era una realidad.

Sin embargo, cada vez que brillaba en la cancha o en clase, la sombra de Marco y sus amigos se cernía sobre él. Sabía que no podía dejar que su éxito lo deslumbrara. En una tarde soleada, mientras ayudaba a Sara con un proyecto de ciencias, se dio cuenta de que no solo quería ser popular; quería hacer una diferencia.

“¿Sabes qué sería genial?”, le dijo a Sara. “Podríamos organizar un club de estudio. No solo para nosotros, sino para ayudar a otros que necesitan apoyo.”

Sara asintió, emocionada. “Eso es una gran idea, Alex. Con tu ayuda, podríamos hacer algo increíble.”

Creando el club

Con el apoyo de sus amigos, Alex organizó el primer encuentro del club de estudio en el parque. Prepararon carteles y los colocaron por toda la escuela, invitando a todos los estudiantes a unirse. El primer día, el parque se llenó de risas y charlas animadas mientras los alumnos trabajaban juntos.

El Ascenso del ElegidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora