Otra versión.

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Eran las dos de la tarde en Italia, cuando una mujer alta y sofisticada entró por la entrada de una de las sedes más famosas de la empresa rival para la que trabajó anteriormente.
Sus tacones resonando por el lugar indicaron que la prestigiosa gerente había llegado, con una autonomía extravagante se podría decir, ya que todos allí la miraban de arriba a abajo, algunos con mirada de lujuria y otros con mirada de envidia, ya que ella era el centro de belleza de ese lugar.
Siete años desde que ingresó a ese lugar como una simple secretaria, se encontraba perdida, completamente inconsolable por el gran trauma que había dejado su ex prometido.
Su cuerpo temblaba cada vez que pensaba en Fernando, era como si ese hombre tuviera una fuerza sobrenatural sobre la mujer, y sabía que no era en vano, el hombre tenía una belleza única, era la persona de los sueños que cualquier mujer, dejarían todo solo para vivir una noche a su lado.

Pues ella había dejado sus planes, sus metas, su familia para vivir con él, un amor puro, un amor único y con un romanticismo envidiable, pero que se convirtió en una verdadera farsa cuando una tarde, sentada en el salón de su oficina, recibió un archivo con unas comprometedoras fotografías de su amado.
Cada foto que veía era una lágrima pesada que caía de su rostro, la secuencia de fotos era dolorosa, el hombre parecía completamente entregado a esa mujer que estaba a su lado, y ella tenía una belleza surrealista, su rostro no era visible, pero sí su cuerpo se podía ver que era una verdadera escultura.
Recordaba perfectamente la ira que se apoderaba de su cuerpo, la habían engañado, la habían dejado en ridículo todos esos años, y encima se iba a casar con ese hombre que le había prometido votos de amor mientras se amaban locamente todas las noches en aquel apartamento.
Por supuesto que la cambiaría por una mujer más sensual, con más experiencia, con más confianza que ella, ya que Ana de ese momento tenía un cuerpo hermoso, pero no tenía tantas curvas ni extravagancias como en las otras mujeres que comparaba ella misma a diario.

Después de siete años de abandonar el lugar y marcharse sin darle la más mínima satisfacción, decidió empezar de cero, no tendría sentido quedarse en esa ciudad cuando todo le traía recuerdos de él, y la única forma que encontró para afrontarlo era empezar de nuevo en Italia, un lugar en el que siempre había soñado con viajar e incluso vivir, pero que había dejado de lado por sus otros objetivos en la empresa en la que Fernando se involucraba con su propia sangre.
Usó otro nombre, Mía Alvarado, su nueva identidad en ese país donde tanto tardó en conseguir trabajo.
Pasó años adaptándose allí y ocultando su pasado, pero en el fondo la condenaba.

Ese día le trajo recuerdos de una fecha en la que decidió cambiar el rumbo de su vida definitivamente, y ya no entregarse a ningún amor, centrarse sólo en su vida profesional y personal, nada más, pues ya había experimentado un gran amor en su vida pasada y se había ido de la peor manera posible, por lo que su mal humor era evidente, no saludó a nadie, entró a su escritorio y se encerró.
Constantemente recibía mensajes de su mejor amiga Karen, a quien había conocido en su primera semana en Italia, la mujer solo estaba de viaje, pero las dos se volvieron inseparables, una siempre ayudaba a la otra.
En siete años, cada vez que Karen iba de vacaciones a Italia para pasar tiempo con su amiga, automáticamente le contaba todo lo sucedido en los últimos seis meses.
Karen era por lejos la única persona que sabía el verdadero nombre de la mujer, pero siempre le decía a las personas que la rodeaban que hablaba con "Mia", a pesar de que en sus conversaciones privadas normalmente se refería a la mujer como "Ana".
Sin embargo, en el último año la mujer no había ido a Italia, las dos solo hablaban a través de mensajes y llamadas, Karen apareció con una singular noticia en una de estas llamadas, diciendo que estaba completamente enamorada y saliendo con el jefe de la empresa.
Lo que más sorprendió a Ana fue que su amiga no quiso compartir la identidad del hombre, dijo que prefería hacerlo en persona, ya que al empresario le importaba su privacidad, pero le prometió cenar con la mujer para conocer a la mejor amiga de su novia, el que tanto habló Karen.
Para Fernando, el nombre de Mia mencionado por su novia lo hacía extraño, pero a pesar de que los dos tenían una relación, Karen terminó no siendo tan abierta sobre su amistad con Ana debido a que Fernando no le dio a la mujer la oportunidad de hablar sobre ello. Era como si no le interesara nada de lo que ella decía, y sobre todo no le interesaba saber quién era esa mujer.

Hoy Me Acordé De Tu Amor. - FeranaWhere stories live. Discover now