La cena.

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...

Quizás si hubiera persistido un poco más no se encontraría en el siguiente escenario:
donde Karen conducía tranquilamente por las calles de Nueva York camino al apartamento de su novio con Ana prácticamente tirándose del coche desde su asiento al lado de la mujer.
Ella resoplaba de vez en cuando y aun así no llamaba la atención de su amiga, internamente confesaba la falta de atención que sentía por parte de Karen, ya que ni siquiera había notado sus propios defectos desde que Fernando empezó a tratarla mejor.
Qué mala es la dependencia emocional, ¿verdad?
Sobre todo porque Ana no soportaría estar en una relación por más de un año donde solo ella se entregaría de cuerpo y alma, y que, de repente al momento siguiente, su novio comenzara a tratarla bien apenas porque su mejor amiga llegó a la ciudad. Definitivamente era notable para cualquier idiota que viera la situación desde lejos la forma que Fernando la usaba, pero Karen parecía vivir en su burbuja de amor y no saldría de allí hasta que despertara a la vida y se diera cuenta de que el hombre no la amaba de verdad.
Ana también estaba estresada por esto, no quería ver sufrir a su amiga, no quería verla sentirse mal ante la verdad, por lo que la situación solo empeoraba cada vez que pensaba más profundamente sobre el asunto.

-Haría cualquier cosa por estar en el hotel con mi hija.- Dijo Ana por tercera vez con los brazos cruzados.


-Sé que no quieres irte y estás pasando por un momento difícil, perdón por obligarte a hacerlo.
Pero esta cena significa mucho para mí.

Ana no respondió, no quiso dar ningún indicio de que su odio hacia Fernando estuviera presente, solo dijo que no le gustaba tener relaciones interpersonales con la gente de su trabajo, lo que hizo que Karen impulsara aún más la socialización de ambas partes.
Estaba segura de que en el fondo Fernando odiaba esa idea tanto como ella, pero sería satisfactorio para el hombre que ella durante un tiempo tuviera que hacer de "aguantavelas", porque no tenía otra opción que salir con su amiga y su novio.
Estaba estresada, muy estresada, pero no tanto como en el trabajo, ya que siempre estaba en una especie de estado defensivo todo el tiempo, proyectando respuestas directas a Fernando cuando él venía a estresarla. Pero por increíble que parezca, el hombre en su segundo día de trabajo permaneció tranquilo, sin ningún tipo de provocación (salvo el exceso de trabajo que recibía la mujer por hora, ella siempre tenía algo que hacer y no se quedaba quieta, empezó a cansarse de la rutina, porque estaba segura que si él no la mataba con la mirada, la mataría con exceso de trabajo).



-¿Puedo preguntarte algo?- Dijo Ana con miedo, no podía quedarse callada, tenía que hablar con su amiga al menos una vez.

Karen solo asintió, aún prestando atención al volante, a pesar de que estaban en medio de un pequeño tráfico que se estaba formando debido a la hora.

-¿No dijiste que Fernando era frío y distante?- preguntó finalmente al ver a Karen mirando el movimiento de la gente.

-Sí.

-Ha cambiado mucho, no? Ustedes parecen estar bien.

-Sí.- dijo la mujer pensativa.
Un silencio un poco incómodo apareció en el vehículo, haciendo que Ana se arrepintiera por un minuto de haber sacado ese tema - ¿Por qué preguntas? - preguntó la mujer como si en el fondo hubiera traducido lo que Ana estaba pensando.

-N-nada...- tartamudeó, sin esperar la repentina pregunta de la mujer.- Sólo curiosidad.
No lo conozco mucho, parece frío, pero me alegra que se haya abierto contigo y que estés feliz - concluyó tratando de evitar ese tema que ella misma sacó a relucir.


-¿No estás molesta conmigo?- De repente hizo la pregunta, haciendo que Ana se mordiera el labio como forma de negación ante la pregunta.

-¿Por qué piensas eso?

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⏰ Last updated: Oct 16 ⏰

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Hoy Me Acordé De Tu Amor. - FeranaWhere stories live. Discover now