CAPITULO 9

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Seguian pasando los dias y Taehyung se habia acostumbrado a la rutina pero este dia estaba arrastrando los pies cuando regresaron a las celdas. Apreciaba el hecho de que Seokjin y Byeon estaban tratando de fortalecer sus músculos y enseñarle algunos movimientos de defensa personal. Pero sus brazos se sentían como fideos doloridos. Estaba listo para tirarse de frente en su litera. Seokjin lo atrapó antes de que pudiera. Taehyung plantó la cara en el pecho del hombre.

Seokjin se rio entre dientes. —¿Cansado, cariño?

—Uh sí.

—Creo que hoy te sobrecargamos un poco.

—Eso parece.

Seokjin volvió a reír entre dientes. —¿Por qué no te estiras en tu litera y yo te froto los músculos?

—Realmente me gustaría eso.

—Estírate boca abajo.

Taehyung dio dos pasos y luego se dejó caer sobre su litera. Sonrió cuando escuchó la risa de Seokjin. Le gustaba cuando el hombre reía. Era muy diferente del hombre frío y duro que había conocido. Por supuesto, no escuchaba esa risa a menudo, y nunca cuando había alguien más cerca, pero le encantaba cuando la escuchaba. Se deslizó lo suficiente para darle a Seokjin espacio para sentarse a su lado. La litera apenas era lo suficientemente grande.

—Quítate la camisa, Taehyung.

Taehyung se movió hasta que pudo quitarse la camisa y luego recostó la cabeza hacia abajo, deslizando los brazos hacia los costados. Taehyung gimió cuando los dedos de Seokjin comenzaron a masajearle los hombros. Sus músculos sufrieron un espasmo y luego la tensión comenzó a desaparecer lentamente. Seokjin pasó los dedos por cada brazo hasta las manos de Taehyung y luego retrocedió antes de pasar a su espalda. ¿Quién iba a pensar que recibir un masaje en las palmas de las manos se sentiría tan bien? Solo había una cosa en la que Taehyung podía pensar que se sentía mejor. Cuando Seokjin llegó a su cintura, metió la mano debajo de él y bajó la cremallera de sus jeans. Taehyung sonrió cuando escuchó un ligero tirón en la respiración de Seokjin cuando la mano del hombre se deslizó sobre su trasero. Se enorgullecía del hecho de que podía provocar tal reacción en un hombre como Seokjin.

La experiencia sexual de Taehyung antes de la cárcel fue bastante deprimente. Una mamada no era exactamente una larga historia sexual. Todo lo que pudo conocer con Seokjin fue especial. Una parte de Taehyung temía que todo esto terminara una vez que uno de ellos fuera liberado o trasladado a otra celda. Los romances en la cárcel no estaban destinados a durar, si es que existían. Y esto no era exactamente un romance, al menos no para Seokjin. Taehyung sabía que Seokjin se preocupaba por él, siempre fue demasiado amable, demasiado preocupado por su seguridad y hasta posesivo por momentos. Había crecido viendo a sus padres juntos, viendo el amor entre ellos en cada mirada, cada pequeño toque. Eso era el verdadero amor, y eso es lo que Taehyung quería. Era una lástima que lo deseara con un hombre que nunca sería suyo. Taehyung inhaló un suspiro tembloroso. Lo disfrutaría mientras duré.

—¿Estás bien, Taehyung?

—Sí. Estoy bien.

El aliento que había inhalado hace un momento salió rápidamente cuando Seokjin palmeó sus nalgas y luego comenzó a amasarlas. Su polla pasó de levemente interesada a dura como una roca casi instantáneamente. Seokjin parecía tener ese tipo de efecto en él, especialmente cuando el hombre lo estaba tocando.

—Me encanta tu dulce trasero de burbuja, Taehyung.

—Es todo tuyo, —respondió Taehyung.

Taehyung siseó cuando el dedo resbaladizo de Seokjin empujó su trasero. Sabía que Seokjin le había pagado a alguien de los glóbulos rojos por una botella de lubricante y algunos condones después de la primera vez que estuvieron juntos, y eso les facilitó las cosas a ambos. Seokjin se disculpó por haber sido descuidado su primera vez pero Taehyung solo estaba preocupado por lo que Seokjin podría haberles pagado pero él se negó a discutirlo.

WINDY SPRING XXIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora