Los días en el nuevo mundo pasaban rápidamente para Genya, pero cada amanecer traía consigo una nueva capa de confusión. Mientras más tiempo pasaba rodeado de sus amigos —ahora sus concubinos—, más se veía envuelto en situaciones extrañas, cómicas y, a veces, profundamente incómodas.
Esa mañana, Genya intentaba disfrutar de un momento de soledad en el jardín del palacio, con una bandeja de frutas frescas y panes dulces, buscando un respiro del caos que había sido su vida desde que llegó a este mundo. Pero como era habitual, la tranquilidad no duró mucho. Apenas dio un mordisco a una fruta cuando Tanjiro apareció, siempre con una sonrisa cálida, pero esta vez con una mirada que parecía ir más allá de la amistad.
—Genya, ¿puedo acompañarte? —preguntó, sentándose sin esperar respuesta.
—Supongo que no tengo elección —respondió Genya con una leve sonrisa, aunque por dentro su corazón latía con fuerza al estar cerca de él.
Tanjiro tomó un pedazo de fruta y lo llevó a los labios de Genya.
—Come. Necesitas fuerzas.
Genya, sonrojado hasta las orejas, tomó el pedazo de fruta con los dedos, incapaz de soportar la cercanía.
—Puedo alimentarme solo, Tanjiro, no soy un niño.
Tanjiro soltó una risa suave.
—Lo sé, pero me gusta cuidarte.
Mientras la tensión se acumulaba entre ellos, una presencia rápida irrumpió en la escena. Inosuke, siempre enérgico y ruidoso, se lanzó sobre Tanjiro, interrumpiendo lo que parecía un momento íntimo.
—¡Oye, Tanjiro! —gritó Inosuke, empujándolo a un lado—. ¡Si alguien va a darle de comer a Genya, seré yo!
Antes de que Genya pudiera reaccionar, Inosuke tomó una gran pieza de fruta y la acercó bruscamente a su boca.
—Abre, Sultán. ¡Vamos! —exigió Inosuke, como si estuviera dándole una orden.
—¡Inosuke, para! —exclamó Genya, tratando de apartar su mano—. ¡No necesito que me alimenten!
La situación habría sido cómica si no fuera por el profundo sonrojo que cubría las mejillas de Genya. Tanjiro miró a Inosuke con una mezcla de exasperación y celos evidentes.
—Inosuke, estás siendo demasiado brusco —dijo Tanjiro, con una sonrisa forzada.
—¡Él es mi sultán! ¡Yo puedo ser tan brusco como quiera! —gritó Inosuke, sacudiendo la fruta frente a la cara de Genya—. ¡Vamos, come ya!
En ese momento, Zenitsu apareció corriendo, claramente alarmado por el alboroto.
—¡Dejen de acosar a Genya! —exclamó Zenitsu, poniéndose entre ellos con los brazos extendidos—. ¡Él no merece ser tratado así!
Zenitsu, siempre sensible, estaba tan alterado que prácticamente se abalanzó sobre Genya, tirándolo hacia sus brazos. Genya cayó torpemente sobre él, su cara enterrada en el pecho de Zenitsu, mientras éste lo abrazaba con fuerza.
—Tranquilo, mi sultán —susurró Zenitsu con una voz dramática—. ¡Nunca dejaré que te molesten!
Genya, tratando de recuperar el control de la situación, apartó a Zenitsu y se puso de pie, su rostro completamente rojo.
—¡Basta ya, chicos! ¡Esto no es necesario! —dijo con frustración—. ¿Por qué se están comportando de esta manera?
Muichiro y Yuichiro, que habían estado observando desde una distancia prudente, finalmente se acercaron. Los gemelos se miraron entre ellos con expresiones casi idénticas de resignación.
—Parece que no pueden dejarte solo ni por un segundo —comentó Yuichiro, cruzando los brazos—. Siempre están peleando por ti.
—Es porque lo aman —agregó Muichiro, con una voz calmada pero penetrante—. No es tan difícil de entender.
Genya, abrumado por la situación, decidió marcharse antes de que las cosas se pusieran aún más extrañas.
—Voy a mi habitación... necesito tiempo para pensar —dijo, caminando rápidamente hacia el interior del palacio.
Mientras se alejaba, los cinco quedaron mirándose entre ellos, tensos. El ambiente de repente se volvió aún más competitivo.
—Yo solo quería darle de comer —murmuró Tanjiro, mirando a Inosuke con recelo.
—¡Pues lo hiciste mal! —replicó Inosuke con un bufido—. ¡Yo lo habría hecho mejor!
Zenitsu, como siempre, intervino con un tono de desesperación.
—¡Ninguno de ustedes lo entiende! ¡Genya necesita delicadeza y atención! ¡No esa agresividad tuya, Inosuke!
Los gemelos se quedaron en silencio, observando cómo los otros discutían entre sí. Yuichiro suspiró.
—Están siendo ridículos.
Muichiro asintió, pero en su mente también estaba luchando con los sentimientos que había comenzado a desarrollar por Genya.
PEQUEÑO AVANCE
Los Celos y los Malentendidos
Los días siguientes fueron una mezcla de momentos cómicos y situaciones malinterpretadas. El palacio estaba lleno de roces entre los concubinos hacia Genya, y los celos comenzaban a manifestarse de maneras inesperadas. Tanjiro, siempre el pacificador, no podía evitar sentir punzadas de celos cuando veía a Muichiro o Yuichiro hablando en voz baja con Genya, compartiendo miradas íntimas.
Espero les halla gustado :D
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Harem?! - AllxGenya
RomanceHistoria en donde Genya en medio de una pelea se transporta a un nuevo mundo en donde él es un sultan y sus mejores amigos son sus CONCUBINOS?! Muigen Tange Yuigen Zenitgen Inosgen