𝘕𝘰𝘵𝘢 𝘥𝘦𝘭 𝘢𝘶𝘵𝘰𝘳

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Hay quienes necesitan nuestra ayuda,
pero son incapaces de pedirla por temor;
amigos, familia, conocidos, allegados...

Seres que, a través de una u otra forma se vuelven parte de nuestro existir,
que les dan ese sentido a la vida que muchas veces no vemos sólo por el hecho de estar enfrascados en la sistematización de la misma.

Con el texto que a continuación se expuso, mi directa intención fue hacer latente
el sentimiento que muchos de nosotros
llegamos a tener a lo largo y ancho de la existencia humana:

El miedo de estar solos en un mundo vacío.

Y fue precisamente eso lo que le ocurrió
a el ya mencionado Mike Emme, que por no pedir ayuda por temor a ser juzgado,
señalado o menospreciado, decidió poner un punto final al primer capítulo de su vida.

Por tal razón, este relato.
Para ayudar sin cuestionar,
para escuchar sin juzgar,
para apoyar sin hundir,
para dar una mano a quien no tiene fuerzas,

para decir con una sonrisa:

“Si necesitas ayuda, pídela, yo soy tu amigo”.

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⏰ Última actualización: Sep 29 ⏰

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𝘚𝘦𝘱𝘵𝘪𝘦𝘮𝘣𝘳𝘦 𝘈𝘮𝘢𝘳𝘪𝘭𝘭𝘰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora