Relato del soldado Alessandri

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Crean lo que quieran pero a este hombre yo ya lo había visto antes, era Alessandri que

exactamente ese mismo días después de que yo fui distraído por Vittoria le habían asignado que fuera a visitar la isla, se negó y aun así lo enviaron. Su primer encuentro no fue muy agradable pero cuando vio esa jovencita ante sus pies su alma se compadeció y no pudo rechazarla.

No fue tan solo por su belleza si no la traición que sentía por su capitán, él pensaba que era su predilecto y lamentablemente estaba muy equivocado así , como acto de venganza se la llevo fuera de la vista de todos y le brindo agua potable, un poco de pan y protección. Para él, ella no parecía enferma en cambio le producía una profunda atracción por ello la levanto y empezó a acariciar su pelo de un negro brillante y mirar sus ojos castaños tan vivaces que le hacía temblar las piernas, de repente la joven empezó a sollozar y le suplico que le llevara lejos de ese lugar, le iba responder que ¡sí! con la condición que juntos recorrerían los mares hasta el fin del mundo. Cegado de su amor a primera vista no nota la sombra que se acercaba, su capitán lo sorprendió. Un latigazo hizo despedir a la joven que huyo adolorida y él recibiría la pena del turno de media noche. No le importo le dio gracia, estaba totalmente risueño nadie lo separaría de aquella anónima que sin saber su nombre construyo en la luna su morada , un castillo de granito donde yo no podría entrar.

Sin darme cuenta me enrolle en asuntos del corazón, en una patética historias como las de Shakespeare. Irónicamente ninguno de los tres se arrepentía de ese corto encuentro, al soldado de piedra le habían conquistado el corazón y la inocente chica por fin se sentía segura bajo la capa de ese hombre pájaro.


Los ojos de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora