Capitulo 1. ¿Te encontre?

2.1K 101 10
                                    

Tsukuyo estaba haciendo su ronda diaria de vigilancia en Yoshiwara, el día de hoy no estaba muy contenta pues la zona que le había tocado nunca había sido precisamente su favorita, está era la zona roja, esa zona en donde los pervertidos abundan y los borrachos sobran, lleno de tabaretes clandestinos, prostitución y bares con hombres bebiendo alcohol a reventar.
Igual que todas las veces que había tenido que monitorear la zona, esta se recargo en el poste que le pareció más cómodo y se dedicó a ver como los hombres se embriagaban en licor y damas de compañia, para al menor problema poder acudir a resolverlo inmediatamente.

- Me pregunto si esta noche habrá un ridiculo más para atrapar...-dijo dignamente Tsukuyo mientras apoyaba el pie contra el muro y aspiraba un poco de humo de su pipa.

Era una noche relativamente tranquila, hasta el momento no había ocurrido ningún percance mayor y la ronda de vigilancia de Tsukuyo estaba por terminar.

- Yo esperaba que esto fuera más entretenido.-se quejó la chica pues no había tenido nada de movimiento durante la noche, cosa que le alegraba pero le fastidiaba a la vez pues se había quedado todo el rato en su zona menos favorita para nada.-Supongo que solo esperare a la chica que me releva y me iré a casa... Estará bastante sola estos día que Hinowa y Seta se fueron de excursión.

De rato la chica que ocuparía su lugar llego, así Tsukuyo estaba por dar media vuelta y dirigirse a casa para descansar el resto de la noche y prepararse para su ronda mañana, cuando...

- Acaso ese es... ¿Pero que rayos esta... ¡Que demonios le pasa!- Tsukuyo alcanzó a reconocer una cabellera muy conocida. Lo importante era lo que la persona dueña de esa cabellera estaba haciendo.
- ¡Gintoki! ¿¡Estás loco o que es lo que... Gintoki. ¿Qué te paso?-dijo la chica mientras caminaba hacia donde estaba el Samurai. Tsukuyo estaba bastante molesta por encontrar al permanente en tal estado, era bien conocido por ella que Gintoki era un bebedor, pero no un psicótico. El hombre que estaba atendiendo la barra de bebidas se dio cuenta de que Gintoki ya no debía beber más pues su comportamiento empezaba a ser algo agresivo y al querer negarle una botella, Gintoki tomo del cuello de la camisa al hombre, para después soltarlo lentamente y tirar un ruidoso puñetazo a la barra y finalmente cubrirse el rostro con la mano que tenía sobre el mostrador. Tsukuyo no entendía bien lo que pasaba, pero estaba segura que algo andaba mal, ese no era el Gin que conocía, el estupido pero de cierta manera racional maniaco del azúcar... Este hombre que tenía a la vista en el bar de enfrente era diferente.

- Gintoki...-Tsukuyo ahora en verdad estaba preocupada. Ella no sabia por todo lo que habrá pasado el peli plata, ni tampoco sabia que le afectaba tanto en este momento, pero si sabia una cosa. Fuera lo que fuera que puso al hombre en ese estado, no era cualquier cosa; pues al tratar de tomarlo por el brazo, la chica noto como sutilmente de la mejilla del Samurai caía una lágrima, rogaba porque fuera una gota de sudor, pues el hecho de que Gintoki llorara... Le dolía hasta el alma. No aguantaba ver a ese tipo que siempre estaba bromeando, holgazaneando pero también tratando de ayudar a su manera, llorar. No le gustaba. Lo odiaba, odiaba ver que esa persona estuviera mal.

- Anda, idiota. Te llevare a casa, no deberías estar tomando a estas ho...-Tsukuyo no tuvo ni la oportunidad de terminar la oración, Gintoki simplemente se quito la mano que Tsukuyo tenía sobre su brazo para intentar sacarlo del bar, ella sabia cuanto quería a los otros dos, a ese chico con anteojos y a la niña de la sombrilla y el hecho de que rechazara la oferta de regresar con ellos la preocupaba aún más.

- Pero que demonios te paso...-pregunto en un leve susurro Tsukuyo.
- No es nada, sigue tu camino. Mañana todo será igual... como siempre.-Gintoki le contesto en voz muy baja, apenas entendible.
- ¡Mañana un carajo! Te lo estoy preguntando para que me respondas con la verdad. Gintoki... Lo que sea que esté pasando, el alcohol y las niñerías no son la respuesta.
Gintoki ni siquiera respondió, se quedo en silencio aun con la mano cubriéndole el rostro.

- Te diré una cosa... tienes razón en algo. No puedes dejar que esos dos te vean así, te llevaré a casa de Hinowa mientras que ella y Seta no están y volverás mañana por la mañana. Sin excusas y espero escuchar la respuesta cuando lleguemos.-le ordenó la chica sin más. No podía permitir que ese idiota se quedara ebrio en un bar de Yoshiwara en ese estado... Y menos solo. Gintoki no dijo palabra alguna, se resigno a seguir las órdenes de la rubia pues sabia que tenia razón.
Los dos caminaron hacia la nombrada casa, el peli plata caminaba detrás de Tsukuyo, a unos cuantos metros sin siquiera levantar la cabeza ni murmuran en lo absoluto. La chica no sabia que era peor, el incómodo momento que tenían ahora o los momentos todavía más incómodos dentro de casa, pues no tenía ni idea de que haría con él.

- Vamos, pasa. Puedes tomar el baño, deje la ducha lista antes de irme.-le ofreció simplemente, tal vez si se duchaba le daría tiempo para investigar que se hace con un borracho en depresión además de llevarlo a alcohólicos anónimos.
- Si lo preparaste antes de irte significa que es para ti, úsalo tu.-le contesto Gintoki, hablando claramente por primera vez desde que se encontró a la joven ninja.
- Te digo que esta bien, solo ve y cuando salgas me avisas; después me daré un baño yo.
Gintoki se resigno y se dirigió a bañarse como le había ordenado la rubia, en realidad no tenía ánimos de discutir otra vez y menos en la misma noche.

- Me pregunto que lo habrá puesto así...-se dijo para si misma Tsukuyo. Ella estaba consternada y lo sabia, nunca se imaginó ver como esta ahora a alguno de sus amigos y menos al que se estaba bañando en su ducha.-¿Tendrá algo que ver con algunos de esos dos?-se seguía cuestionando la chica hacia sus adentros. Siguió pensando y dando razones que al final resultaban no ser posibles... Hasta que recordó un detalle.
- Que no ese idiota no tenía un... ¿Maestro?-por fin encontró una razón factible, empezó a recordar detalles y relatos que había recolectado en su memoria a travez del tiempo que llevaba conociendo a la Yorozuya, y creía estar acercándose al problema. Probablemente sería mejor solo presionar a aquel torpe hasta que le dijera que rayos le pasaba, pero conociendo al Samurai, sabia que no sería fácil de persuadir, y conociéndose a si misma, sabia que tenía un orgullo demasiado alto como para suplicar. Se seguía rompiendo la cabeza con el asunto hasta que escucho un estruendo proveniente del baño.

- ¿Gintoki?...

~Continuara~

Posibilidades. (GinTsukki-Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora