Capitulo 2. ¿Me encontraste?

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- ¿Gintoki?...-Tsukuyo llamaba a su nombre mientras caminaba hacia el baño.

Cuando entro a la habitación encontró al hombre tirado en el piso, acababa de salir de la ducha por lo que no dejaba mucho a la imaginación, pero para suerte de Tsukuyo, aun llevaba una toalla alrededor de la cintura, lo cual evito un momento bastante incomodo.

- *No me digas que este tipo se callo de borracho*-dijo para si misma la rubia, para por si acaso el peli plata había caído dormido, no despertarlo. Tsukuyo estaba a punto de ir a levantarlo, cuando este por si solo se incorporó y se sentó en una esquina de la cama.
- Lo siento, Estoy borracho~-dijo Gintoki con una sonrisa cínica. Por un momento Tsukuyo pensó que el peli plata había vuelto a la normalidad y que tal vez todo lo anterior fueron solo tonterías de un idiota ebrio. Pero entonces recordó esa escena que la había roto el corazón, tenía clara la imagen de ese rostro con lagrimas callendo... Estaba segura de que NADA había vuelto a la normalidad.

- Deja de fingir. No te queda-le dijo fría Tsukuyo, ya se estaba cansando de que le diera largas. Quería una explicación y la quería ya.

Cuando la rubia termino la oración, el rostro del Samurai se volvió sombrío, lo había descubierto la misma mujer 2 veces en la misma noche, para él era extraño que no le creyeran su actuación.
Entre los dos se situó un silencio, ninguno decía palabra alguna, la chica solo estaba recargada en el marco de la puerta y el hombre sentado en la cama cabizbajo. Cuando Tsukuyo volteo a verlo, se dio cuenta de un detalle... El torso, la espalda y brazos de Gintoki, estaban llenos de cicatrices, parecían viejas, pues estaban sanadas, pero aún así era impresionante, no había ni un solo centímetro de su piel sin una cicatriz. Había raspones, cortadas, lo que parecían heridas de bala... Ella simplemente se quedo viendo por un momento y pensando en todo lo que habrá hecho ese idiota para tener esas marcas en el cuerpo. Recorría con la mirada herida tras herida, y ciertamente tenía que admitir que Gintoki no estaba nada mal, ¿cómo rayos tenía un cuerpo así? Si ese tipo se la pasaba holgazaneando y comiendo porquerias con el poco dinero que tenía. En fin, ese no era el momento para pensar en cosas como esas, tenía que sacarle las respuestas a Gintoki si o si. Ni siquiera sabia porque le interesaba tanto que le ocurría al Samurai, simplemente sentía la necesidad de saber.

- ¿Ya estas listo para contarme que te pasa, idiota?-le pregunto la joven ninja impaciente.
- ¿Y porque tendría que hacerlo? No tiene importancia, ni nadie tiene porque interesarle.-dijo fríamente Gintoki sin mirar a la chica.
- ¿No tiene importancia?... ¿¡No tiene importancia?! ¡Que se valla al carajo la importancia!... A mi me interesa.
Gintoki solo la volteo a ver de reojo, le dio una sonrisa ladeada y volvió a bajar la cabeza.
- Pero desde cuando...-Gintoki fue interrumpido.
- A quien le importa desde cuando me interesas. Si piensas que te voy a juzgar por cualquier cosa que hallas hecho en el pasado, estas muy equivocado, todos hemos hecho cosas de las que nos arrentimos... ¿Porque yo no puedo saber de ti? ¿Acaso no tengo derecho? Tu sabes lo que me paso, sabes lo que paso con Jiraiya, con Hinoya y Seta, sabes más de mi que casi cualquiera... ¿Porque yo no puedo saber de ti?
- Pero yo...-y volvió a ser interrumpido.
- ¿Recuerdas la condición que te di para venir y que esos dos no te vieran así? Pues cúmplela. Sin excusas.-le dijo Tsukuyo, ya había dicho cosas que normalmente ella no diría y no la había hecho por nada, tenía que saber. - No importa que clase de persona fuiste... Importa la persona que eres ahora. Y la persona que estaba en el bar, no eras tu.
- ¿Al menos puedes escucharme esta vez?-le pidió el Samurai, tal vez ella tenía razón. - Pero... ¿Y si fuera un monstruo? ¿Seguirás diciendo lo mismo?
- Tu ya eres un monstruo, un monstruo idiota. ¿Ya que más da?-la chica le respondió con una sonrisa, él no era un monstruo, ni nunca lo seria, ya no recordaba el número de veces que se había sentido salvada por ese hombre. Era hora de que ella lo salvará a él.
- Gracias, tal vez necesitaba escuchar algo como esto...Ya te lo había dicho ¿o no? Tienes un alma hermosa.-le dijo el peli plata. Tsukuyo se limitó a abrir los ojos por el comentario, aunque no podía negar que le gusto el halago. - El maldito efecto del alcohol esta pasando, así que prepárate, esto podría ser largo y tal vez doloroso.

Posibilidades. (GinTsukki-Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora