Capítulo XV

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Isaias notó que Enid se alejaba del grupo, así que decidió seguirla. La encontró sentada bajo un árbol, con una mirada de decepción en su rostro.

"¿Qué pasa, Enid?", preguntó Isaias, sentándose a su lado.

Enid suspiró. "Nada, solo me siento... frustrada. Elijah ganó y yo hubiera querido ser la representante de Nevermore".

Isaias la miró con sorpresa. "¿Celos? ¿Por Elijah?"

Enid asintió. "Sí, quiero demostrar que valgo algo. Siempre he sido una decepción para mi madre".

Isaias se sintió apenado. "No te sientas mal, Enid. Eres una gran amiga y una persona increíble".

Enid sonrió débilmente. "Gracias, Isaias. Pero mi madre... nunca está satisfecha conmigo. No puedo pasar más de 3 segundos sin que me juzgue".

Isaias le tomó la mano. "Lo siento, Enid. No sabes cuánto vales".

Enid cambió de tema. "¿Cómo te llevas con tu madre?"

Isaias se detuvo, su mirada se perdió en el pasado. "Me llevaba muy bien con ella".

Enid notó el pasado en su voz. "¿Quieres decir... 'llevaba'?"

Isaias respiró profundamente. "Sí... mi madre ya no está en este mundo".

Enid se sintió conmocionada. "Lo siento mucho, Isaias", dijo, abrazándolo con fuerza.

Isaias se sintió reconfortado por el abrazo de Enid. "Gracias, Enid. Significa mucho para mí".

Enid se apartó, con lágrimas en los ojos. "Eres fuerte, Isaias. No sabes cuánto admiración tengo por ti".

Isaias sonrió, sintiendo una conexión profunda con Enid. "Tú también eres fuerte, Enid. No te rindas".

Después de una larga conversación, Isaias y Enid se despidieron y se fueron a dormir, ya que era tarde y el segundo desafío había finalizado.

Al día siguiente, Isaias se encontraba con Merlina a solas en el bosque. La luz del sol filtraba entre los árboles, iluminando su rostro.

"¿Te sientes mal por perder contra Elijah?", preguntó Isaias, mirándola con preocupación.

Merlina se encogió de hombros. "Solo un poco. Me hubiera gustado ganar".

Isaias sonrió. "Para mí siempre serás la mejor, Merlina. No importa quién gane".

Merlina lo miró y le devolvió una pequeña sonrisa.

Isaias se acercó a ella con su corazón latiendo más rápido. Merlina lo miró, sin retroceder.

Sin decir una palabra, Merlina se puso de puntillas y le dio un beso suave en los labios. Isaias se sintió envuelto en una sensación cálida y dulce.

La besó de vuelta, suavemente, sin querer romper el momento.

"Siempre estaré aquí", susurró Isaias.

Luego, Merlina se apartó, con su rostro sonrojado. "Deberíamos regresar", dijo, su voz baja.

Isaias asintió, sonriendo. "Sí, debemos".

Juntos, se dirigieron hacia la escuela, su conexión era más fuerte que nunca.

Cuando estaban regresando, Isaias de pronto le dijo a Merlina: "Quiero hacerle una pregunta".

Merlina lo miró con curiosidad. "Habla".

Isaias respiró profundamente. "¿Por qué fuiste expulsada de Nevermore?"

Merlina se quedó pensativa, con una mirada neutral. Luego, comenzó a contar su historia.

"Cuando llegué a Nevermore, había un misterio que acechaba en el pueblo cercano. Había una ola de misteriosos asesinatos sin explicación alguna. Me sentí muy intrigada y quise investigar".

Isaias escuchaba atentamente, sin interrumpir.

"Después de varios días, di con un posible sospechoso. Era uno de mis compañeros de Nevermore. Una noche, lo capturé y lo empecé a interrogar de forma agresiva. Quería saber la verdad".

Merlina hizo una pausa, su rostro reflejando la intensidad de aquel momento.

"Pero la cosa se salió de control. Empecé a torturarlo de distintas maneras. Estaba dispuesta a matarlo".

Isaias se sintió impactado por la revelación.

"Sin embargo, justo cuando estaba a punto de hacerlo, la directora de la escuela y el sheriff del pueblo aparecieron. Me dijeron que habían encontrado al verdadero culpable".

Merlina suspiró y continuó con una voz llena de remordimiento.

"Al ver lo que había hecho, me informaron que sería expulsada de inmediato. No pude protestar ni hacer nada más al respecto".

Isaias se quedó en silencio, procesando la historia de Merlina.

"Vaya.....", dijo finalmente. "No sabía que había pasado por eso".

Merlina lo miró, con una expresión suave.

"Gracias por escuchar, Isaias. Pero ya quedó en el pasado".

Isaias tomó su mano.

"No importa lo que pasó. Eres la misma Merlina que conozco y respeto".

Merlina sonrió, su mirada brillante.

"Gracias, Isaias. Te amo".

Más allá de las sombras - Parte IVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora