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La vida para Lune Witwicky simplemente no tenia sentido. No era como las otras personas, sus ojos eran azules zafiro y en su familia no habia nadie con esos ojos.
Su vida, dio un giro de 360° cuando su "hermano" compro un camaro in...
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—¿Qué acabas de decir?
Era entendible que ambos ahora estarian sorprendidos.
—Dije que los niños no estan comodos aqui en Cybertron –Repité Moon– Y... No me gusta que ellos se sientan asi... Asi que, tengo planeado algo que les hara muy felices para su cumpleaños
—Muy bien... ¿Cúal es el plan, magestad~? –Pregunta Megatron divertido–
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Mamá y papás han estado muy extraños desde hace unos días. No entiendo a que se debera eso, incluso le dijé a Otri el comportamiento raro de los tres. Decidimos ignorarlo, despues de todo puede ser por el estres.
Nuestro cumpleaños era hoy. ¡Estabamos tan emocionados por saber que regalos nos darian! Mamá siempre se esfuerza por darnos regalos que nos gusten, es lindo de su parte.
Fuimos hacia la sala, donde estaban nuestros padres esperandonos.
—Muy bien, ¿quien esta listo para los regalos? –Cuestiona mamá con una sonrisa–
—¡Nosotros! –Dijimos ambos al mismo tiempo–
Mamá solto pequeñas risas ante nuestro comportamiento. Papá Optimus fue el primero en darnos un regalo; eran unas espadas casi identicas a la de él, pero con nuestros colores. Papá Megatron nos dio un accesorio unico para cada uno; a mi fue un collar de color azul cian y a Otri fue una pulsera de color morado, significando lo que representamos.
—Muy bien, creo que es mi turno –Comenta mamá con diversion– Muy bien, mis pequeños guerreros, siganme!
Nos confundimos un poco, pero sin quejarnos la seguimos. Fuimos hacia la nave autobot, cosa que nos confundio más.
—Ah... ¿Los regalos estan en la nave? –Pregunto Otri confundido–
—Bueno... Algo similar
Mamá presiono un boton en un lateral de la nave, en la que una nave más pequeña pero aun asi grande salio.
—Su regalo es esta nave... De mi parte
Quedamos asombrados al saber que ahora en adelante esa seria nuestra propia nave. Solo para nosotros.
—Pero... Eso solo es la mitad del regalo
—¿A que te refieres mamá? –Pregunte curiosa y confundida–
—Debo... Debo confesarles algo... Escuche su converzacion hace una semana y... Me senti terrible saber que los aleje sin saberlo... Asi que... La otra mitad de su regalo, es ir a la Tierra, y podran quedarse por..¿un mes? –Quedamos atonitos, lo cual la puso nerviosa– Eh... ¿Dos meses? ¿Tal vez cuatro? ¿Medio año? ¿Todo un año? ¿O..?
La callamos con un abrazo sorpresa.
—¡Eres la mejor, mamá! ¡Este es el mejor regalo del mundo! –Dijimos ambos en sincronia–
—Me alegra que les gustara... ¿Y bien? ¿Damos un paseo? Y de paso iremos a la casa de Cade, para que puedan quedarse con él
—¡Siiiii!
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