Máscara de Sombras | GHOST from COD

Capitulo 1

Ghost, el hombre más enigmático de la Task Force 141, era una sombra entre sombras. Su historia era un completo misterio, excepto para unos pocos privilegiados como su equipo en la Task Force. Llevaba una vida extremadamente... privada.

¿Qué se ocultaba detrás de esa máscara? ¿Un hombre cruel o algo más profundo? Tal vez, bajo el impenetrable exterior, había alguien noble, aunque era casi imposible imaginarlo. Las mujeres de las fuerzas especiales no podían evitar sentir una curiosidad latente por él. ¿Era un hombre casado? Nadie lo sabía. Ni siquiera sus manos se dejaban ver, siempre ocultas bajo esos guantes negros. ¿Cómo demonios podrían saber si llevaba un anillo? Todo en él era un acertijo imposible de resolver.

Con la espalda recta y los ojos clavados en los nuevos reclutas, Ghost avanzaba con paso firme. Cada paso resonaba en la sala, el eco de sus botas militares cortando el silencio. Su mirada, fría y calculadora, se paseaba por los rostros nerviosos y tensos de los recién llegados. ¿Estaban asustados? Era de esperar. ¿Quién no sentiría miedo ante una figura tan imponente como la del teniente Simon "Ghost" Riley?

Mientras el silencio reinaba, Ghost se detuvo, su presencia llenando el espacio. Su mirada escrutadora deslizándose sobre los reclutas como si pudiese ver más allá de la piel, más allá del miedo que trataban de ocultar.

—Este hombre que ven aquí es su teniente, Ghost,— anunció Price, su voz cortante y llena de autoridad. —Uno de los mejores de la Task Force 141.—

Los reclutas se tensaron aún más, con miradas atónitas clavadas en ambos hombres. La reputación de la Task Force 141 les precedía, tanto en sus éxitos como en sus controversias. Ser liderados por Ghost, una leyenda viviente, era tanto un honor como una fuente de temor.

—Soy el teniente Ghost,— su voz rompió el silencio con la fuerza de una tormenta contenida. Era grave, rasposa, como si el peso de las batallas vividas le hubiera tallado cada palabra. El tono imponente caló en los reclutas, generando una oleada de incomodidad palpable. —Aquí no se viene a jugar, y mucho menos a tener miedo.— Sus ojos, fríos como el acero, se pasearon por cada uno de los rostros tensos. Los nervios se podían ver en la rigidez de sus posturas, en la forma en que sus manos temblaban ligeramente.

Ghost sabía perfectamente el efecto que causaba. Era casi instintivo: el miedo, el respeto, la incertidumbre. Esa máscara que cubría su rostro era tan intimidante como el hombre que la llevaba. Para los reclutas, el teniente no era simplemente un soldado, sino una fuerza que no podía ser descifrada. Un misterio que, a su manera, les mostraba lo frágiles que eran.

Se detuvo por un momento, dejando que el silencio pesara sobre ellos, aumentando la tensión. Cada segundo que pasaba parecía aumentar la gravedad en la sala, como si el mismo aire se volviera más denso con su presencia. Ghost no necesitaba gritar ni levantar la voz para ser temido; su mera existencia hacía el trabajo.

—El miedo los paraliza. A mí me fortalece,—añadió, con un tono que apenas rozaba lo humano, como si hablara desde las sombras que lo habían moldeado. —Si no están listos para eso, esta será su última semana aquí.—

Todos en la sala estaban tensos, excepto Price y Ghost. Ellos ya habían recorrido demasiados campos de batalla, ya habían sufrido lo insufrible. La reunión terminó, y los reclutas, visiblemente aliviados, se dispersaron sin más. No había mucho que hacer por el momento.

—Por cierto,— dijo Price, acercándose a Ghost, su tono casual pero con un trasfondo de seriedad. —Te comenté sobre alguien, ¿recuerdas? Tenemos una nueva integrante temporal para la Task Force 141.— Ghost lo miró de reojo, sin darle demasiada importancia al comentario. Para él, la mayoría de las "incorporaciones temporales" no duraban lo suficiente como para llamar su atención.

—¿Quién es?— preguntó, recargándose contra la pared con los brazos cruzados. Su actitud, como siempre, era de indiferencia. Para él, las personas iban y venían; pocos realmente importaban.

Price esbozó una ligera sonrisa, como si estuviera a punto de soltar una sorpresa. —Juliette Wickams. Una de las mejores francotiradoras que he visto.— Su tono tenía un matiz de respeto, algo que no ofrecía fácilmente. —Ella ha trabajado en operaciones encubiertas durante años.—

Ghost permaneció impasible, aunque el nombre despertó su curiosidad. Nunca antes había trabajado junto a una mujer en la Task Force 141, al menos no en un rol de combate directo. —Una mujer,— murmuró, más como una observación que como una pregunta.

Price, siempre perceptivo, continuó. —No es cualquier francotiradora. Tiene más confirmaciones que algunos de nuestros mejores hombres. Es rápida, precisa... y fría bajo presión.— Ghost levantó ligeramente una ceja, sin mostrar demasiada emoción, pero el hecho de que Price hablara de ella con tal reverencia captó su atención.

—¿Cuál es su rol aquí?— preguntó finalmente, aunque su tono seguía siendo neutral. Para Ghost, todo lo que importaba era la efectividad en la misión. Sin embargo, algo en la manera en que Price hablaba de ella lo inquietaba, como si supiera que Juliette sería más que una simple soldado en su equipo.

Price se enderezó un poco más. —De momento, soporte en misiones de largo alcance. Quiero ver cómo se adapta a nuestro equipo, pero créeme, Ghost, esta chica no es un 'reemplazo temporal' cualquiera.— Hizo una pausa, sus ojos fijos en los de Ghost. —Puede que te sorprenda.—

El silencio entre ellos quedó en el aire por un momento. Ghost no respondió, pero algo había cambiado. Su curiosidad, aunque tenue, estaba encendida. A lo largo de los años, había aprendido a no juzgar rápidamente a nadie, pero también a no confiar en nadie demasiado rápido. Este nuevo miembro, Juliette Wickams, tendría que ganarse su lugar, igual que todos los demás.