Máscara de Sombras | GHOST from COD

Capitulo 2

Ghost permaneció apoyado en la pared mientras Price mencionaba el nombre de la nueva integrante. Su postura relajada no reflejaba el escrutinio que sentía sobre la situación. Nunca había trabajado con una mujer en la Task Force 141, a excepción de Laswell o Farah, pero ellas no eran operativas en el campo de batalla junto a él.

—Juliette Wickams —repitió Price—. Francotiradora de élite. No será permanente, pero su habilidad podría ser útil en las próximas operaciones.

Ghost mantuvo su mirada fija en Price, sus ojos marrones oscurecidos bajo la sombra de su máscara de calavera. Nadie podría adivinar en qué pensaba. La idea de un nuevo miembro, menos aún una mujer, no le emocionaba, pero tampoco le desagradaba. Para él, todo era funcionalidad y resultados. Al final, poco importaba quién estuviera detrás del arma, siempre y cuando hiciera su trabajo.

—¿Cuándo llega? —preguntó, con su habitual tono grave y ronco que añadía peso a cada palabra. Aunque su máscara cubría gran parte de su rostro, la presencia imponente de su altura y la palidez de su piel siempre lo hacían parecer casi fantasmal.

—En un par de horas —respondió Price, cruzando los brazos—. Deberías estar presente cuando llegue.

Ghost solo asintió. No discutía órdenes de Price, al menos no cuando se trataba de la formación del equipo. No le importaba quién entraba o salía, siempre que estuvieran listos para cumplir su parte.

Horas después, Ghost estaba en el hangar cuando la puerta se abrió y Juliette Wickams entró, acompañada de un oficial que llevaba sus pertenencias. A primera vista, ella proyectaba una imagen de firmeza y disciplina. Su cabello castaño oscuro estaba recogido en una trenza, y la boina negra que llevaba puesta le daba un aire de autoridad y control. Los ojos marrones de Juliette recorrieron la sala rápidamente, notando de inmediato a Ghost, cuya estatura y presencia eran inconfundibles.

Ghost la observó en silencio, notando los tatuajes que asomaban por debajo de su manga derecha, una clara señal de alguien que había vivido tanto como él. Aunque no decía nada, su simple presencia parecía examinarla con una intensidad que pocos soportarían.

—Teniente Ghost —dijo Juliette al acercarse, su voz calmada, pero con un toque de respeto—. Es un honor. He escuchado mucho sobre usted.

Ghost inclinó la cabeza apenas, devolviendo el saludo sin palabras. No era alguien que ofreciera respuestas de cortesía; prefería la acción a las palabras vacías.

Mientras los dos se miraban, Price entró en la sala.

—Juliette, bien —dijo con una sonrisa—. Bienvenida al equipo. Ghost te mostrará las instalaciones y te pondrá al día con nuestra próxima misión.

Ghost no apartó la mirada de ella. No era alguien que conectara fácilmente con los demás, y menos aún con alguien que parecía más... empática. Podía verlo en la forma en que ella mantenía su postura: firme, pero no carente de humanidad. Juliette le ofreció una pequeña sonrisa, educada pero no forzada.

—Lo seguiré entonces —respondió ella, dejando su equipaje a un lado y ajustándose la boina mientras seguía a Ghost.

Mientras caminaban por los pasillos, Ghost se mantuvo en silencio, sus botas resonando sobre el suelo de metal. No tenía intención de entablar conversación. Ella podía hacer preguntas si lo deseaba; él no era del tipo que daba más información de la necesaria.

Juliette, sin embargo, sentía la tensión entre ambos, no por incomodidad, sino por la forma en que Ghost parecía construir muros alrededor de sí mismo. A pesar de eso, no se sentía intimidada. Sabía lidiar con hombres como él, soldados endurecidos por la guerra. Pero lo que sí le llamó la atención fue la sensación de una profunda tristeza que Ghost parecía ocultar detrás de esa máscara impenetrable. Había visto esa misma mirada en los ojos de muchos, pero en él era más intensa, como si una parte de él ya no estuviera viva.