Devouring your yearnings || billford

Capítulo 6: Stan O' War II

"¿Dónde están las estrellas?"

Eran aproximadamente las dos y veinti-tanto de la madrugada, un sábado particularmente frio para el verano.
El barco de los hermanos Pines —El Stan O' War II— se tambaleaba con suave vaivén sobre la tranquila marea. El rubio observó a Stanford.

Habían pasado tal vez una hora entera arreglando todo, y ahora Bill se encontraba intento trepar a la cubierta, con el agua salada llegandole hasta el pecho.
El de anteojos se cuestionó si debía o no hacerle saber que del otro lado del barco estaba la plataforma para subir a este, pero finalmente lo dejó experimentar lo que él llama 'la pesca primeriza'.

Llevaba puesto un chaleco salvavidas que el menor le obligó a ponerse. Si algo le pasaba a Cipher bajo su cuidado se pudriría dentro de una celda multidimensional. Era algo que repetía una y otra vez en su cabeza, en caso de que cualquier pensamiento intrusivo quisiera jugar sucio con su mente y quisiera no se... ¿Empujar al más bajo por la borda? Lo había pensado un mínimo de dos veces en el lapso de los 30 segundos que llevaba Bill tratando de escalar las paredes anchas y metálicos. Cada vez que pateaba enojado el barco la marea iba en su contra y hacía a este devolverse, obligandolo a correr unos metros lejos para evitar ser golpeado.

—Al menos esto cubre la horrible camiseta que me dió signo de interrogación —Murmuró para si mismo, usando todas sus lamentablemente humanas fuerzas para agarrase al borde frío y rasposo del bote.
Fue solo cuando ya tenía ambas manos —temblorosas — y la mitad de una pierna entrelazadas, casi tocando el suelo, que Stanford finalmente se dignó en ayudarlo a entrar por completo.

Con un suspiro, se arremangó de mala gana y jaló del chaleco a Bill, librandolo de la humillación de seguir pareciendo un cabrito descoordinado aprendiendo a subir una colina —de verdad es un desastre en esto — pensó.

—¿Cómo se supone que vamos a pescar de noche? ¿Y para qué? —Stanford suspiró, mientras Bill se limitaba a ver como este preparaba los aparejos de pesca.

—Muchos tipos de peces sueles estar más activos en la noche, vamos a capturarlos más fácil así —Bill repitió mentalmente aquellas palabras.

—¿De eso se trata todo? ¿Que eres un viejo gordo y glotón? ¡Vaya! pudiste haber comprado esas cosas de metal que traen comida dentro —

Se pellizcó el puente de la nariz, tratando de reprimir el querer responder de manera agresiva, la manera que Cipher se merecía.
Si no fuese porque las reglas de Axolotl le prohíben ser 'cruel' con Bill, solo porque cree podría desanimarlo y retrasar su rehabilitación. No, no quería eso. Pero los comentarios sarcasticos e insultos directos empezaban a hacerle dudar si la suprema deidad con forma de ajolote estaba bien de sus facultades mentales por escogerlo a él como acompañante terapeútico/cuidador/esclavo forzado del moreno.

—No es solo se trata de los peces, Bill —respondió, bruscamente —Se trata de la experiencia, la emoción de la captura y sobre todo: La paz. Algo que claramente no entiendes — Stanford buscaba las cañas, apartando con un pie el cubo de carnada.

Se dió la espalda e instintivamente checó el bolsillo de su chaleco verde, revisando si la única navaja que había traído al viaje seguía allí con él. No podía darse la libertad de entregar su cabeza en bandeja de plata, por lo que escondió todos y cada uno de los objetos punzocortantes que encontró, incluso las astillas para los dientes sobre la mesa de la cocina. Lo juntó todo en un mismo baúl y luego cerró con llave el interior de la cabina, para evitar el acceso de Bill.