Capítulo 18

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Rosé quería tomar las cosas con calma y no precipitarse en una relación de nuevo. Quería recomponer la confianza entre ellos.

JaeHyun lo entendió.

Y en el fondo, no podía negar que se sentía algo aliviado.

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No tenían sexo. No se besan. Tenían citas amistosas.

Muchas veces, veían películas. Se sentaban uno junto al otro, con los ojos pegados a la TV, sus cuerpos apenas separados. Debería haberse sentido cómodo, pero no lo hacía. Un mes atrás, él habría tomado su mano. Un mes atrás, ella habría puesto la cabeza en su hombro. Ahora, había algo raro en el aire, algo duro y roto.

Una tarde, lo intentó de todos modos. Le tomó la mano.

Sus dedos eran delgados y delicados.

Cuatro minutos después, la soltó y enroscó la mano sobre el muslo.

Se aclaró la garganta y dijo.

— ¿Quieres un trago?

— No — dijo Rosé, con un tono muy neutro — Y tú no deberías, tampoco.

Su mandíbula se tensó. Él no dijo nada.

Apenas se miraron entre sí por el resto de la noche.

Después de que ella finalmente se fuera, cogió una cerveza de la heladera, se tiró en el sofá y llevó la botella a sus labios.

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Tres semanas ya en el nuevo año, Rosé lo besó.

Sus labios eran suaves y familiares. Poniendo una mano en su nuca, JaeHyun le devolvió el beso. Cuando enterró su lengua profundamente en su boca, ella no se estremeció. Ella no se inclinó hacia el contacto como si estuviera hambrienta por él. Ella no hizo un ruidito por el simple roce de su pulgar contra su oído.

Cuando él se retiró, sus azules ojos no estaban vidriosos con descarado deseo. Sólo estaba algo falta de aliento.

JaeHyun la miró y se preguntó qué carajos estaba mal con él.

Rosé suspiró.

—Sí, me lo imaginaba —se veía resignada y algo triste—Creo que está bastante claro que no tiene sentido que volvamos a estar juntos.

JaeHyun se apoyó en el sofá y se frotó la frente. Tenía un jodido dolor de cabeza. Quizás no debería haber bebido tanto en la fiesta de Gary. Por lo general le tomaba mucho conseguir una resaca.

—Ni siquiera pareces sorprendido —dijo Rosé— Podría por lo menos haber pretendido estar sorprendido.

—He sido un idiota por semanas, Rosé —dijo— Si yo fuera tú, no me querría, tampoco.

—No eres un idiota —dijo Rosé— Pero no eres el hombre del que me enamoré. Ya no —Ella sacudió la cabeza—Ya me rompiste el corazón una vez y no me diste ninguna explicación. Aún así, te di una segunda oportunidad, pero ya casi pasó un mes y no veo entusiasmo en ti. Es como si esperaras que funcionemos sin ningún esfuerzo de tu parte. Como si yo no valiera el esfuerzo. Como si yo fuera fácil.

—No creo que seas fácil.

Su voz se suavizó.

—No estoy ciega, sabes. Tu corazón no está en ello. Nosotras las mujeres podemos sentir estas cosas. A veces estás tan frío e insensible que es difícil de creer que seas el mismo hombre relajado y atento del que me enamoré. No recuerdo la última vez que sonreíste. Fumas demasiado. Bebes demasiado. No es saludable, JaeHyun —Ella frunció el ceño, sus pálidas cejas reuniéndose— Siento... siento una oscuridad en ti, algo que no estaba antes. Es como si algo se hubiera chupado tu luz. Tus ojos ahora son más duros. Me asusta a veces.

spc - JaeyongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora