Capítulo 19

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—¡Levántate y brilla, Bubu!

Taeyong gimió y se hundió más profundamente bajo el edredón ante el sonido de la alegre voz de YangYang.

—No, no, no —dijo YangYang, tirando del edredón y exponiendo su piel desnuda al aire frío.

Rusia no era tan fría como decía la gente. Era peor.

—Devuélvemelo o cierra la jodida ventana —se quejó Taeyong, temblando y abrazándose a sí mismo— Es febrero. En Rusia. No es exactamente el momento del año para tener las ventanas abiertas.

—Lo haré... si sacas tu culo fuera de la cama. No vas a pasar todo el día en cama de nuevo.

Suspirando, Taeyong se sentó y miró a su amigo.

—No es como si tuviera algo mejor que hacer mientras estás fuera.

Los suaves ojos castaños de YangYang lucían completamente indiferentes de momento.

—Al menos no eres el que se congela las pelotas con este clima, asistiendo a reuniones triviales con personas que apenas hablan Inglés —cerró la ventana—¿Cómo me veo? ¿Parezco mayor con este traje?

Taeyong se encogió de hombros. Era difícil reunir entusiasmo sobre lo que sea en estos días.

—Realmente no. ¿Por qué te importa?

—Quiero que el hombre con el que voy a reunirme me tome en serio —dijo YangYang, con sus cejas doradas juntándose. Tomó su notebook del escritorio y la trajo—Mira.

Taeyong miró al hombre de cabello oscuro en la pantalla y sintió una vaga sensación de malestar asentándose en sus entrañas. Una imagen no debería haberle producido esa sensación de frío, pero lo hizo. No era la ropa del hombre; llevaba un traje oscuro con clase, no muy distinto al que usaba YangYang. No era la apariencia del sujeto: era alto, en forma, y bastante bien parecido. No podía tener más de treinta, tal vez treinta y cinco años máximo.

No, eran sus ojos los que pusieron a Taeyong incómodo. La forma en que esos pálidos ojos azules miraban la cámara... había algo insensible y cruel en ellos.

—¿Quién es ese? —preguntó.

—El hombre con quien voy a reunirme.

—Luce vagamente familiar.

—Es un reconocido hombre de negocios —dijo YangYang— Posee un buen número de empresas en Europa, pero él es el pez gordo aquí, si entiendes lo que quiero decir. Pregunté por ahí. La gente lo llama un tiburón.

Los ojos de Taeyong se abrieron amplios.

—¿Por qué reunirte con él? Dijiste que tu padre no te permitía enfrentar asuntos importantes.

—Esa es la cosa: no lo hace —YangYang apagó la notebook, su expresión sombría, pero decidida—Papá no lo sabe. Voy a demostrarle que puedo manejar a tipos como este —miró su reflejo en el espejo e hizo una mueca—Sólo desearía no verme como un estudiante secundario. Oh, bien —suspiró—Deséame suerte. Voy a necesitarla.

—Buena suerte —murmuró Taeyong mientras que YangYang se ponía el abrigo y encaraba hacia la puerta.

YangYang se detuvo junto a la puerta y miró hacia atrás.

—No estoy seguro por cuánto tiempo estaré fuera. Tal vez un par de días. No te quedes en cama mientras estoy fuera de la ciudad... lo sabré. Y no más bebidas hasta que aprendas a retener el licor. Prométemelo.

—Lo prometo —dijo Taeyong con una sonrisa forzada. YangYang no parecía especialmente convencido.

—Le dije al personal del hotel que te alimentara dos veces al día, pero tienes que salir afuera al menos una vez al día, ¿lo entiendes? —Su voz se suavizó— No es saludable, Jim. Estoy preocupado. Quizás es momento de que vuelvas a casa. Estar lejos claramente no está ayudando.

spc - JaeyongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora