días pasaron de dicho acontecimiento, gracias a que mauro le compartió su número de teléfono a tiago, ambos estaban en contacto, no todo el día pero si la mayor parte o cuando estaban libres
mauro era tímido hasta para platicar en chat, pero si tiago le sacaba charla él la seguía, un punto positivo al menos
volvía de trabajar un viernes, era de madrugada, quizás ya eran las 1 de la mañana o las 12 pasadas
estaba todo oscuro y lluvioso, se había mandado una tormenta horrible, por suerte que fue en auto.
como de costumbre pasó por el trabajo de mauro, además de echar un vistazo rápido, "casual", como si fuese a estar ahí a esta hora tan tardía.
y para su sorpresa, alguien se encontraba ahí sentado, en medio de la lluvia y con algo al lado que no distinguía.
iba a seguir de largo pero algo le dijo que se detenga
y menos mal que lo hizo
aquella figura se trataba de mauro, quien estaba allí sentado y al lado con su patineta de madera quebrada.
sin dudar corrió hasta él, arrodillándose en el piso delante de él
-¿mau?- consultó muy preocupado
-volvé al auto tiago, no te mojés- le musitó medio llorando, por suerte su voz fue audible en medio de la lluvia para el morocho.
-me chupa un huevo mojarme-contestó- me preocupás más vos-le dijo mientras sacaba con cuidado las manos del chico de su cara, la cual trataba de esconderla por vergüenza al estar llorando. ya que no obtuvo respuesta, habló nuevamente, decidido mientras que lo tomaba del brazo sutilmente a la vez que se incorporaba del suelo- vení, mi auto está allá; vamos y me contás ahí, ¿dale?
-no, pará, tiago... yo puedo- -fue interrumpido
-estás en pedo si te pensás que te voy a dejar acá solo, menos en plena tormenta-dijo autoritario- dale, vamos.
una vez que lo convenció, ambos se encontraban en silencio dentro del auto, el cual era interrumpido por la tormenta.
volteó a ver a su amigo, quien no lo miraba de vuelta, pero sentía su mirada
-¿querés hablar?- preguntó sutilmente
-es largo de contar...-respondió con un nudo muy notable en su garganta, notable por como se quebraba su voz
-¿Y?, no importa, yo tengo todo el tiempo del mundo para escucharte mauro- acarició con delicadeza su brazo, con la punta de sus dedos. esto provocó un suave sonrojo y una leve sonrisa en el ojiverde
-bueno... más o menos en resumen: hay un chico que trabaja conmigo, más o menos de mi edad, el gustaba de mi hace dos años atrás y se me confesó, cosa que lo rechacé amablemente y se molestó, entonces puso en mi contra al resto de los que trabajan con nosotros... y bueno, hoy surgió una leve discusión que terminó mal, porque me rompieron el skate y no tenía cómo volver, se me había olvidado mi billetera en mi pieza así que no tenía para un Uber o lo que sea; te podés imaginar que me dejaron en banda- comentaba mientras que observaba su patineta rota, trazando figuras imaginarias con su dedo en la madera color negro que poseía la misma.
-ah, pero son unos giles amigo; en especial ese pelotudo que inició todo, que ahora anda haciéndote mala fama- contentó mientras ponía en marcha el auto- es un maricón que no se banca el rechazo, no le des tanta bola, no se lo merece. yo te diría que veas de hacer algo, ya sea hablar con él jefe o algo parecido, o voy yo y los hago cagar a cada uno, vos decidí- comentaba con un poco humor para no dejar que el ambiente tenso se prolongara.
-si, tenés razón, el lunes veo que onda- habló más tranquilo, limpiándose las gotitas de lágrimas entrelazadas con las de la lluvia que corrían con su rostro- gracias tiago, sos un muy buen amigo verdaderamente.
-tranqui, cualquier cosa acá voy a estar siempre, me llamás, me hablas, lo que sea pero me comunicás a mi en lo que necesites-
-mhm, gracias- mauro suspiró contento, sin duda este chico lograba llenar su corazoncito de felicidad tan fácilmente aunque esté atravesando una situación estresante.
una vez fuera del departamento del ojiverde, ambos volvieron a cruzar sus miradas, conectadas.
-¿te debo algo?- preguntó mauro tímido, palmeando sus bolsillos
-no gil, tampoco trajiste la billetera si vamos al caso. andá dale, es un favor nomás, tonto- dijo cariñoso mientras que despeinaba el cabello blanco del chico, robándole una risa
-bueno, bueno.. llamame cuando llegués a tu casa, ¿no?- pidió. terminó inclinándose para rozar su nariz y dejar un beso que, parecía más un roce, en la mejilla del chico- chau, gracias, te quiero-se bajó, corriendo para no mojarse, además de los nervios.
tiago quedó paralizado, sus mejillas adoptaron un color carmesí intenso, sus dedos acariciaban
inconscientemente y por reflejo el sitio en el que sucedió dicha acción, embobado
de sus labios salieron un "yo también" muy bajito y tardío, porque el otro ya estaba dentro del lugar.
una vez volvió a la realidad, puso en marcha el auto, rumbo a su casa.
saludó a mamá que estaba por irse a dormir y repitió la acción, acostándose en su cama
antes de dormir, tomó su celular y le escribió a aquel chico un mensaje de texto corto:
"ya llegué mau"
recibiendo el okay y las buenas noches del mismoesa noche durmió bien, con una sonrisa, el corazón latiendo al recordar lo sucedido y al recordarlo a él en si
tan sumido y cansado estaba que no se acordó de cambiarse y se durmió con el uniforme del trabajo
pero jamás podría olvidarse de aquel chico, de sus peticiones, palabras, forma de ser, nada, hasta lo más insignificante
amaba escucharlo y saber de él, jamás podía faltar aunque sea dos mensajitos de él antes de dormir, ya se volvió costumbre, necesidad, para tiago
988 palabras
cho me re duermo gato
PERDONEN POR NO ACTUALIZAR
estaba de joda y me colgué de actualizar
una poronga disculpen
gracias por leer estas vergas, los amo 🫦🫦