Capítulo 1

48 14 6
                                    

Mesopotamia

Año 2.346 a.C, imperio acadio

El rey Sargón ya tenía estable todo el sur de Mesopotamia, por ello era el momento perfecto para comenzar a expandirse. Decidió conquistar Elam, una de "las cuatro esquinas del universo". Para ello, preparó a los soldados sumerios en técnicas de combate acadianas.

Tardó meses en conseguirlo pero una vez tuvo sus soldados preparados, salió hacia Elam durante el día para luchar con la luna a su lado. Sentía que así, tenía más fuerza para llegar a alcanzar la victoria. Una vez en sus puertas, los arqueros preparaban sus flechas, los soldados, sus lanzas y hachas y los carros de guerra estaban listos para cumplir su misión. Empezó la guerra y los soldados acadios corrieron hacia los elamitas protegidos por los arqueros, quienes disparaban eficazmente hacia el cuello de sus adversarios. Los acadios feroces, mataban a los elamitas convirtiendo la guerra en una masacre. Los elamitas eran de contextura fuerte y eran veloces, pero los acadios eran más inteligentes. Sabían cómo atacar y por donde atacar. Sargón vigilaba que los enemigos no sobrepasaran a sus soldados desde las alturas, subido a Icar, su dragón. Cuando vio que estaba perdiendo por el flanco derecho, descendió con Icar y calcinó a sus adversarios, asegurándose así la victoria. Tras pocas horas, la ciudad cayó ante Sargón el Grande.

Tras la batalla, se corrió la voz por los pueblos vecinos que el rey de Acad tenía un dragón. Muchos, intrigados, llegaban a la ciudad con el fin de ver a dicho dragón y se sorprendían al verlo volar. Las noticias llegaron hasta las regiones de "las cuatro esquinas del universo", quienes se prepararon ante una posible invasión por parte de Sargón.

Se oía que Subartu estaba construyendo una máquina para combatir al dragón pero sólo eran rumores, con lo cual Sargón no le dio importancia. Cada día entrenaba a su dragón con dulzura y a su vez, firmeza. Le adiestraba durante horas, unas horas que disfrutaba mucho en su compañía. Le enseñó a escupir fuego usando una palabra en idioma acadio, dannum y a volar usando otra, surrum. Se formó un lazo muy fuerte entre ambos, Icar siempre estaba al lado de Sargón, quien ya no podía pensar en hacer algo sin él. Eran como uña y carne.

Al pasar el otoño, con el invierno acechando, Sargón obtuvo la tercera visita de Sin. En esta ocasión, le aconsejó que invadiese Amurru, un pueblo constituido por tribus nómadas muy belicosas. Los amorreos eran guerreros natos muy feroces, no le temían a nada. Por ello, nadie había intentado invadirlos. Pero Sargón con la ayuda de Sin y acompañado de Icar, se veía capaz de domar a Amurru. El dios le propuso que planease una emboscada de noche, mientras los amorreos descansaban pues los pillaría desprevenidos.

Preparó a sus guerreros más fieros, sus arqueros más ágiles y mandó a hacerle una armadura a su dragón. Era una armadura forjada en bronce, el metal más preciado de la época. Le cubría el pecho, pero tenía grandes agujeros para las patas y las alas, sin oprimir así su libertad de movimiento.

Con el crecimiento de la ciudad, creció la cultura, la religión, y lo más importante, la ciencia. Gracias a ello, los científicos de Acad pudieron inventar nuevas armas, más letales, más eficaces y más ligeras. Una de las nuevas armas que llamó la atención a Sargón fue el cuchillo kukri, un arma con una curvatura en una hoja muy fina pero resistente, cosa que lo convertía en un arma letal en las manos adecuadas. Se decía que con un solo corte podían matar un búfalo. Al tener el arma en sus manos, Sargón pidió a los herreros que hicieran muchos más como ese, para luego repartirlos entre sus soldados.

En el cuartel, los soldados entrenaban sin descanso con esta nueva arma hasta acostumbrarse a usarla. Los guerreros solían usar espadas y hachas pero nunca un cuchillo. Al ver el arma tan pequeña a algunos les supuso desagrado pero con el tiempo, el cuchillo se integró bien entre su armamento.

En palacio, Sargón planeaba la emboscada a los amorreos fijándose en cada detalle. No podía dejar que esos salvajes ganaran la batalla. Debía ser preciso, debía ser capaz de prevenir todo lo que pudiera pasar. Sabía que los amorreos consiguieron domesticar caballos, lo que les hacía más veloces pero los acadios tenían mejores armas, tenían ingenio y eran más ágiles. Así que tenía ventaja. Aún así quiso planearlo todo al detalle.

- La fuerza de choque principal será una falange con 40.000 soldados - comentó el jefe del ejército.

- ¿Y los arqueros? - preguntó Sargón.

- Estarán detrás de las fuerzas principales lanzando cortinas letales de proyectiles sobre las fuerzas enemigas.

- Y tras ellos, nosotros con las carretas de suministros.

-Así es.

- Mi señor, una mujer que dice conocerle está a las puertas de la ciudad - interrumpió una doncella.

Sargón intrigado, salió hacia las puertas de palacio con sus guardias reales.

- ¿Quién sois?

- Soy Akanis - dijo la mujer quitándose la capucha de su poncho, dejando ver las facciones de su rostro -. Cuenta la leyenda que un dios bajará del cielo para guiar a su elegido hacia la victoria.

- Dejadla pasar - ordenó el rey a sus guardias, quienes abrieron la puerta con gran rapidez. - ¿ De qué leyenda habláis? - prosiguió.

- Es una leyenda que me contaron los dioses, una leyenda verdadera que pronto iba a suceder. Sé que sois vos mi rey, el elegido de los dioses -. Se acercó hacia el rey y le tomó la mano - vos sois el elegido por Sin, el dios de la luna.

Sargon asustado se separó de ella y sus guardias, al ver ese gesto, desenvainaron sus espadas.

- Soy una mensajera de Inanna, la diosa de la guerra. Sé que vos sois el elegido porque Inanna me contó que erais vos el que unirá las regiones y traerá prosperidad al nuevo reino.

- ¿Y qué has venido a buscar?

- Vengo a serviros mi rey. Inanna me envió aquí porque desea ayudaros en vuestras batallas a través de mí.

- Denle una habitación y comida, será una de mis huéspedes en palacio - ordenó el rey. Sargón estaba realmente intrigado con aquella mujer.

Sargón de Acad: El elegido de la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora