Before Him ⁞ MiChaeng

Capítulo 19 ꥟

— ¡Dios no lo puedo creer! — Mina entró gritando a su apartamento y por detrás le seguía Chaeyoung. — ¡Muchas gracias! ¡Eres la mejor, ustedes lo son! — mencionó con alegría.

Mina giró sobre sus talones, con una sonrisa radiante que no podía ocultar. Sin pensarlo dos veces, se lanzó a los brazos de Chaeyoung, abrazándola con fuerza. Chaeyoung, sorprendida por el gesto repentino, apenas tuvo tiempo de reaccionar antes de sentir los labios de Mina sobre los suyos. El beso fue intenso, cargado de emociones acumuladas durante todo ese tiempo. Era como si en ese momento, todo el estrés, la incertidumbre, y el miedo de los últimos meses se desvanecieran.

Chaeyoung respondió al beso con la misma pasión, sus manos encontrando su camino alrededor de la cintura de Mina, atrayéndola más cerca. El latido de sus corazones retumbaba entre ellas, haciendo que todo lo demás desapareciera. Mientras sus labios se movían con más urgencia, Mina empezó a guiar a Chaeyoung hacia el sofá, sin romper el contacto entre ellas.

Sus respiraciones se volvieron más pesadas, y las manos de Mina comenzaron a explorar, sus dedos deslizándose suavemente sobre la piel de Chaeyoung. Pero justo cuando el ambiente entre ambas comenzaba a intensificarse, Chaeyoung suavemente tomó las manos de Mina y se apartó un poco, rompiendo el beso con delicadeza.

— Mina... espera — susurró Chaeyoung, aún con la respiración agitada. — Tenemos que ir con calma.

Mina, con el rostro enrojecido y los ojos brillando de deseo, la miró con una mezcla de sorpresa y confusión. Sentía como si hubiera sido arrastrada por una corriente de emociones, y ahora Chaeyoung la estaba frenando.

— Lo siento, no quería... — comenzó Mina, pero Chaeyoung negó con la cabeza rápidamente, sonriendo.

— No, no es que no quiera, créeme — dijo Chaeyoung, riendo suavemente mientras acariciaba la mejilla de Mina con su pulgar.
— Pero hemos pasado por mucho. Quiero que esto sea especial, no algo que hagamos en un impulso. Quiero que lo tomemos con calma, paso a paso.

Mina bajó la mirada un momento, procesando lo que Chaeyoung decía, antes de asentir lentamente. — Tienes razón, es solo que... me emocioné demasiado — soltó una pequeña risa nerviosa.

Chaeyoung la abrazó con ternura, acunando su cabeza contra su pecho. — Lo sé. Y yo también. Pero hay tiempo, ¿verdad? No tenemos que apresurarnos.

Mina levantó la vista y la miró a los ojos, sonriendo con más calma ahora. — Tienes razón. Quiero que todo sea perfecto entre nosotras.

Chaeyoung asintió, besando suavemente la frente de Mina. — Y lo será.

Mina se acurrucó más cerca de Chaeyoung, disfrutando del calor de su cuerpo y de la sensación de seguridad que siempre la envolvía cuando estaba con ella. Chaeyoung la sostenía con suavidad, pero con firmeza, como si no quisiera que ese momento terminara. Sus dedos trazaban círculos ligeros en la espalda de Mina, creando una calma reconfortante entre ambas.

— ¿Sabes? — comenzó Mina, su voz suave pero llena de emoción. — Hace meses no me habría imaginado que estaríamos aquí, que tendríamos esta oportunidad... que podríamos volver a estar juntas.

Chaeyoung sonrió y asintió, besando el cabello de Mina. — A veces yo tampoco lo creo. Pensé que todo estaba perdido, que nunca volveríamos a estar juntas como antes... pero aquí estamos.

Mina levantó la cabeza para mirarla, sus ojos llenos de una calidez que hizo que el corazón de Chaeyoung diera un vuelco. — Y cuando ganemos el juicio — continuó Mina, con esa determinación que siempre la había caracterizado —, cuando todo esto termine... no habrá nada que nos detenga.

Chaeyoung la miró, sus ojos reflejando la misma esperanza. — ¿Y qué haremos entonces?
— preguntó con una sonrisa juguetona, aunque su tono dejaba ver que quería escuchar lo que Mina imaginaba para ambas.

Mina se quedó en silencio por un momento, como si estuviera visualizando cada detalle en su mente. — Quiero que tengamos tiempo para nosotras. Sin prisas, sin esconderse, sin que nada ni nadie nos diga cómo debemos vivir — hizo una pausa, tomando una bocanada de aire como si el peso de sus deseos fuera tan grande que necesitaba organizar sus pensamientos. — Me gustaría que viajáramos. Ir a lugares que no hemos podido ver. Siempre quise ir contigo a París... caminar por sus calles, perdernos en sus cafés, sentarnos junto al Sena y ver cómo cae el sol.

Chaeyoung rió suavemente, sus ojos brillando de afecto. — París suena increíble... pero también me gustaría algo más simple, algo nuestro — su voz se suavizó mientras sus dedos se deslizaban por la mejilla de Mina. — Tal vez, después de todo eso, podríamos alejarnos un poco del mundo, vivir en una casita en el campo, como lo imaginamos una vez. Solo tú y yo, con tranquilidad, disfrutando de las pequeñas cosas.

Mina suspiró, sintiendo cómo el corazón se le llenaba de esa imagen. — Eso sería perfecto
— apoyó su frente contra la de Chaeyoung, sus respiraciones entrelazadas en ese pequeño espacio que compartían. — Y cuando nos cansemos de la calma, volveremos a la ciudad, seguiremos construyendo nuestras carreras, pero esta vez a nuestro ritmo... sin la presión de antes. Seremos libres.

— Y juntas — añadió Chaeyoung con firmeza.
— Nada ni nadie nos va a separar de nuevo.

Mina sonrió y la besó suavemente, esta vez con una ternura infinita. El beso no tenía la urgencia de antes, pero era profundo, cargado de promesas silenciosas. Promesas de un futuro mejor, de momentos compartidos y de una vida que finalmente podrían construir juntas.

Cuando se separaron, se quedaron mirándose en silencio, compartiendo esa sensación de que todo lo que habían pasado, todo lo que habían soportado, las había llevado a ese punto. A ese instante donde podían imaginar, por primera vez en mucho tiempo, un futuro en el que la felicidad no se les escaparía de las manos.

— ¿Sabes? — murmuró Mina, con una sonrisa traviesa en los labios — Nunca pensé que me sentiría tan cómoda hablando del futuro. Antes solía darme miedo... como si no pudiera controlarlo.

Chaeyoung la miró con ternura, acariciando su cabello. — Lo sé. A mí también. Pero ahora el futuro parece más brillante, ¿no crees?

— Sí, mucho más brillante — susurró Mina, antes de hundirse nuevamente en el abrazo de Chaeyoung, sintiendo que, pase lo que pase, con ella a su lado, todo estaría bien.

Y en ese momento, en la tranquilidad de ese pequeño departamento, con las luces de la ciudad parpadeando a lo lejos, las dos se permitieron soñar en silencio. Porque sabían que, sin importar cuán difíciles fueran las batallas que les esperaban, siempre se tendrían la una a la otra. Y con eso, el mundo entero les parecía un poco más manejable.

Mina se quedó en silencio, acurrucada en el pecho de Chaeyoung, escuchando los suaves latidos de su corazón. Sentía una paz que no había sentido en mucho tiempo, como si en ese abrazo pudiera encontrar todas las respuestas a las preguntas que tanto le habían preocupado.

Chaeyoung, por su parte, mantenía su mano en la espalda de Mina, acariciándola con lentitud, disfrutando de la cercanía entre ellas. Había algo perfecto en ese momento, algo que no necesitaba ser dicho pero que ambas sabían, algo que las envolvía.

Finalmente, Mina levantó la cabeza para mirarla, sus ojos brillando con una mezcla de emoción y ternura. Sus labios se curvaron en una pequeña sonrisa antes de que su voz rompiera el silencio.

— Te amo, Chaeyoung.

Chaeyoung sintió su corazón derretirse ante esas palabras, aunque ya las había sentido en cada gesto de Mina, en cada mirada y en cada caricia. Acarició la mejilla de Mina con el dorso de su mano, bajando suavemente hasta su mandíbula, y le sonrió.

— Te amo, Mina — respondió con una sinceridad que hizo que los ojos de Mina se humedecieran ligeramente.

Ambas se miraron por un instante más, como si quisieran grabar ese momento en sus recuerdos para siempre. Y entonces, con un último beso suave y lleno de promesas, se dejaron llevar por el silencio, disfrutando de la presencia de la otra, sabiendo que tenían todo el tiempo del mundo para seguir construyendo sus sueños.