Los tenues rayos de luz que se filtraban por la ventana de la habitación terminaron por despertar a Seo Changbin. Esta vez, una calma inusual inundaba su ser. No estaba solo. Podía sentir el peso de un cuerpo ajeno al suyo del otro lado de la cama; Hyunjin había pasado la noche completa en casa, un evento casi digno de celebración. Sin pensarlo mucho, se levantó lentamente del suave colchón con un objetivo en mente: hacer que su lindo pelinegro se sintiera atendido y amado. Tal vez, pensaba, si lograba que Hyunjin sintiera ese calor y amor en casa, consideraría pasar más tiempo allí que en los lugares llenos de caos que lo alejaban.
Con esa idea en mente, se dirigió a la cocina, decidido a crear un pequeño ambiente de paz y cariño en su turbulenta relación. Quería creer que esos pequeños gestos, como el desayuno que estaba preparando, marcarían el inicio de una nueva etapa. Serían un salvavidas en medio del océano, harían que el barco en el que estaban varados volviera a ponerse en marcha, como siempre había sido. Crearían un lugar seguro, donde Hyunjin no se quedaría solo por costumbre u obligación, sino por el deseo genuino de compartir sus días juntos.
El desayuno no tardó en estar listo. Sabía que era algo sencillo; sus dotes culinarios nunca habían estado en un alto nivel, pero la intención es lo que cuenta, o al menos eso es lo que siempre dicen. Con esmero comenzó a preparar la mesa: colocó los cubiertos y vasos, sirvió el café en las tazas con estampados a juego de la película clásica de Disney, La Bella y la Bestia, que hacía tiempo no se usaban. Por último, dispuso los platos con la comida servida. Se alejó un par de metros para admirar por completo su pequeña “obra de arte”. Todo se veía tan hogareño, tan perfecto a sus ojos.
Con una sonrisa, tomó rumbo de nuevo hacia la habitación, mientras sus pensamientos orbitaban la idea de querer tener esa vista tan cálida y acogedora todos los días.
Cuando su mirada se cruzó con la habitación, notó que Hyunjin estaba despierto, concentrado en la pantalla de su celular, entretenido. Una sonrisa fugaz se dibujó en los labios del más bajo; definitivamente, estaba dispuesto a darlo todo por tener más mañanas como esa.
—Hyun, cariño. El desayuno está listo.
El mencionado apenas levantó la vista de la pantalla.
—Ahora voy, dame un segundo, Changbin.
—¿Qué haces? ¿Es del trabajo? Pero hoy es nuestro día libre. —La duda impregnaba su voz.
—No, le estoy respondiendo a Felix. Desayuna, en un momento voy.
Una respuesta simple y seca fue lo único que obtuvo.
—¿Es sobre algún evento o algo? ¿Te lo dijo tu manager? —Necesitaba saciar la curiosidad que lo invadía.
—Me está invitando a una fiesta en su casa por la noche. Ahora, ¿puedes dejarme responder o vas a seguir haciendo más preguntas? Ve a desayunar, ya te dije que en un momento voy.
Changbin se quedó sin palabras. Aunque no era la primera vez que ocurría algo así, el hecho de que pasara justo en un día que él consideraba perfecto le dolió. No tenía caso seguir insistiendo, así que dio media vuelta y regresó al comedor. Se sintió un tonto por dejar que eso lo afectara cuando ya debería estar acostumbrado a esas actitudes. Tomó asiento en su lado del comedor, estaba decidido a compartir el desayuno con su novio, así que lo esperó.
Diez, quince y pronto veinte minutos pasaron. El café ya estaba frío, al igual que la comida. Changbin podía escuchar las vagas carcajadas de su pareja desde la habitación, seguramente hablando con Felix. Changbin no odiaba al chico rubio de pecas; de hecho, no había manera de hacerlo. Felix era un ángel, siempre amable y carismático. Sin embargo, odiaba la influencia que tenía sobre Hyunjin. Desde que Felix apareció en sus vidas, Hyunjin pasaba menos tiempo en casa y más en el apartamento del rubio, probablemente alcoholizándose o probando cualquier clase de droga que su tarjeta pudiera financiar.
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ꜱʜᴀᴅᴇꜱ ᴏꜰ ᴄᴏᴏʟ
Fiksi Penggemar"Hyunjin y Changbin habían sido pareja durante mucho tiempo, un tiempo marcado por el creciente desinterés de Hyunjin hacia su relación. Para él, las drogas, el alcohol y su trabajo se habían convertido en prioridades, relegando a Changbin a un segu...