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Era una tarde sombría cuando la puerta de la casa de Satoru se abrió de par en par. Suguru se veía pálido, con los ojos llorosos y las manos temblorosas. Era evidente que necesitaba algo... o a alguien.

Excepto que no fue Satoru quien abrió la puerta, fue Utahime.

La respiración de Suguru se cortó y ella lo miró. El menor dejó caer los hombros y respiró hondo. "N-no sabía a dónde más ir"

Utahime abrió más la puerta, dejándolo entrar porque ya estaba lloviznando y la lluvia parecía empeorar. Suguru entró, sintiéndose como un intruso en esa casa.

Pero antes de que Suguru pudiera hablar, la mujer lo hizo. "Riko se enteró, ¿verdad?" dijo y el chico la miró.

Él asintió sintiendo una lágrima caer por su rostro. "Me siento culpable. Obviamente. Fui forzado a casarme, pero ella nunca hizo nada horrible. No, Riko siempre fue muy amable, compasiva" tragó saliva. "No esperaba que ella reaccionara de esa forma tan violenta".

"La has estado engañando durante meses, ¿Qué esperabas? ¿Qué se riera?" dijo con incredulidad.

Suguru se alejó de ella. "No. Esperaba que estuviera bastante enojada conmigo. Pero-pero ella no estaba enojada por Satoru. Estaba más enojada porque soy gay, y-"

"Cielos, qué estúpido de su parte. A su esposo le gusta el esposo de su mejor amiga y quiere su pene. ¿Cómo se atreve a reaccionar tan negativamente?" jadeó sarcásticamente.

Suguru la miró, vacilante. "Veo que no estás muy contenta conmigo, ¿verdad?"

Utahime apartó la mirada. "¿Qué más te dijo?"

"Ella dijo que deberían internarme en un centro psiquiátrico, que- que debería haber-" jugueteó con sus dedos. "Que debí suicidarme. Que eso sería menos inmoral"

Utahime se quedó quieta ante eso. "¿Riko dijo eso? No suena como ella en absoluto".

"Lo sé" exhaló. "Ella me abofeteó, y-" se detuvo por un segundo, recordando la reacción de Utahime anteriormente, "-y dijo que debería internarme en un hospital. Que estaba mal de la cabeza. Y-y-" sintió que una lágrima caía por su mejilla. "No lo estoy" chilló

"Siéntate" dijo Utahime en voz baja después de un corto silencio "Te haré un poco de té"

Suguru se sentó en el sofá de la sala de estar, sus dedos aún temblaban. Se sentía incapaz de pensar correctamente, las palabras de Riko resonaban una y otra vez en su mente. Mal de la cabeza. Él no lo estaba. Era tan consciente de cómo se sentía, de lo que quería su corazón, de lo que quería su mente. Era tan consciente de quién era. De hecho, el entender su sexualidad lo hizo sentir lo más normal y pleno que se había sentido en toda su vida.

Utahime volvió con una taza de té y se sentó a su lado. "Hablaré con Riko"

"Gracias" susurró y tomó la taza de té con leche de la taza blanca con asa dorada. "Honestamente, estoy un poco sorprendido de lo comprensiva que estás siendo"

Utahime se rió. "Siento como que" comenzó y luego respiró hondo. "Después de años, finalmente encontré algún tipo de estabilidad. Me escapé de todo lo que conocía a muy temprana edad y me casé con Satoru. No sabíamos nada, mucho menos cómo amarnos correctamente. Simplemente sabiamos que estábamos enamorados y- y eso pareció ser suficiente"

"¿No lo fue?" preguntó y ella se rió.

"No. No lo fue. Fuimos tontos, pensamos que podíamos vencer al mundo. Pensamos que nuestro matrimonio era un acto de rebelión contra la autoridad arbitraria. Cuando en realidad, fue solo una imprudencia"

somebody to love | satosugu verDonde viven las historias. Descúbrelo ahora